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jueves, 25 de septiembre de 2014

El sistema linfático

Puede considerarse como colateral al sistema cardiovascular, dispuesto en forma paralela y que también transporta líquidos a través de una red vascular. La mayoría de los tejidos están en contacto con la linfa.

Es una estructura anatómica formada por una red de:
órganos linfoides especializados: bazo y timo

ganglios linfáticos: estructuras nodulares pequeñas con forma de haba, agrupadas en racimos en distintas zonas del cuerpo como cara, cuello, axilas, ingles, huecos supraclaviculares y  huecos poplíteos. Son más numerosos en las partes menos periféricas del organismo. Su función principal consiste en la maduración de linfocitos para la formación de anticuerpos. También forman parte del sistema inmune.

tejidos linfoideos:  adenoides, amígdalas, placas de Peyer intestinales,  médula ósea roja y MALT (tejido asociado a mucosas del tracto gastrointestinal, respiratorio y urinario)


vasos linfáticos que convergen en dos troncos principales y desembocan en la venas subclavias.

nódulos linfoideos: se disponen muchas veces rodeando a los grandes troncos arteriales y venosos

Producen y transportan la linfa (líquido tisular carente de pigmentos, sin capacidad de coagulación, que contiene moléculas de proteínas plasmáticas, ácidos grasos de cadena larga, fibrinógeno, células hemáticas de la serie blanca, células cancerosas, gérmenes, restos celulares y metabólicos) a través del organismo aprovechando las contracciones musculares, las pulsaciones arteriales cercanas, el movimiento de las extremidades, los movimientos peristálticos del sistema digestivo, la bomba abdómino-torácica y la compresión de los tejidos por objetos externos al cuerpo.

La linfa se produce a partir del exceso de líquido procedente de los capilares sanguíneos hacia el espacio intersticial o intercelular. Adquiere un color lechoso después de las comidas, esto se debe a que se carga de grasas que son absorbidas desde nuestro sistema digestivo. Esta linfa de color lechoso se denomina QUILO.

La formación de la linfa es continua en aquellos órganos con actividad constante; su velocidad de circulación es muy lenta y sigue una sola dirección. Esta propiedad hace posible un filtrado y una eliminación de partículas más eficiente.

                                                 


                                                   Funciones de la linfa

  • Drenar el exceso de líquido intersticial ("mar interior" que baña las células) mediante los vasos quilíferos o capilares linfáticos y transportarlo al torrente sanguíneo. Si esta función no es realizada, el líquido se acumularía en los tejidos corporales y éstos se encharcarían produciendo edemas por desequilibrio osmótico.
  • Contribuye a defender al organismo ante gérmenes como virus, bacterias y hongos susceptibles de causar infecciones. Estos gérmenes son filtrados por los ganglios linfáticos, los cuales contienen linfocitos T y B (un tipo de leucocito) encargados de la destrucción de los invasores y de producir anticuerpos encargados de combatir a los microbios, impidiendo así su diseminación a través del organismo.
  • Recolectar lípidos alimenticios y vitaminas liposolubles (A,D,E y K) del aparato digestivo, recuperar proteínas que han salido de los capilares sanguíneos con el exceso de líquido y enviarlos a las venas subclavias para ser volcados al torrente circulatorio.

El sistema linfático forma parte del sistema de limpieza y drenaje natural de nuestro organismo mediante el cual eliminamos los residuos celulares (anhídrido carbónico, ácidos grasos, ácido úrico), productos químicos, restos de infecciones, venenos, toxinas...

Lo que no es útil para el organismo lo filtra para ser procesado por el hígado  y los riñones y ser eliminado vía vejiga urinaria e intestino grueso.

Cuando el sistema linfático no puede ejercer correctamente su función, se acumula material tóxico de desecho en el líquido intersticial (entorno celular), lo que provoca que las células se vean privadas de oxígeno y otros nutrientes vitales; se asfixian en sus propios desechos y dificultan su normal funcionamiento. La consecuencia de todo esto es la acidificación del entorno, dando lugar, además, a procesos inflamatorios y dolor.


De no remediarse esta situación, puede conducir a la muerte celular -- con lo que las células se fibrosan o enquistan-- o, de sobrevivir, desencadenar un proceso que puede acabar haciendo que las células muten en células patológicas. Para el Dr. Albert Pishinger la práctica totalidad de tipos de cáncer van precedidos de una importante y continua congestión linfática.

                                                                                         
                                                         Basado en el artículo de Artur Ferrer Escriche para "Vitae"

La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Refuerzo para preparar el invierno

El estilo de vida presente en la sociedad en la que vivimos, la alimentación industrial y otros factores difíciles de controlar pueden debilitar nuestro sitema inmune. Sería conveniente reforzar nuestras defensas en diferentes momentos del año, principalmente cuando hay mayor capacidad de exposición a elementos bacterianos, víricos o fúngicos.


En esta época, cuando el cuerpo se prepara para el invierno, es un buen momento para subir nuestras defensas y mantener un sistema inmune en buen estado.


Cuidados higiénicos recomendados:

Frente a cualquier infección respiratoria se recomienda el lavado de manos con agua y jabón frecuentemente para evitar posibles transmisiones. NO saludar dando besos, abrazos o la mano. Utilizar una mascarilla o cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo en caso de tos y estornudo.

Alimentación recomendada:

El refuerzo del sistema inmune a través de la alimentación requiere de una dieta adecuada. Las pautas generales son
  • Reducir la ingesta de grasas (Principalmente las carnes), y dentro de éstas, consumir grasas de calidad (pescados azules, frutos secos, aceite de oliva...), asegurando así un nivel adecuado de diferentes tipos de grasas en nuestro organismo.
  • Eliminar de la dieta las grasas hidrogenadas o grasas trans, fritos y la comida rápida.
  • Eliminar los azúcares refinados y harinas refinadas.
  • Evitar el consumo de alcohol y tabaco.
  • Reducir la ingesta de lácteos y consumir bebidas de arroz, soja, almendra, avena o similares.
  • Se recomienda aumentar el consumo de frutas y verduras de temporada.
  • Algunos alimentos recomendados son acelgas, ajos, alcachofas, apio, berenjenas, berro, brécol, setas, espárragos, judías verdes, calabacín, guisantes, habas, pimiento verde, fresa, limón, manzana, pera, pomelo, naraja, piña, plátano, bacalao, lenguado, lubina, merzula, mero, anchoa, rape, trucha...
 

Estilo de vida aconsejado:
  • Dormir una media de 8 horas diarias.
  • Beber agua en abundancia.
  • Huir del sedentarismo realizando algún tipo de deporte o ejercicio moderado.
  • Dedicarse espacios de ocio individuales o en familia.




Complementos alimenticios que nos pueden ayudar:

  • Multinutriente: Fórmula combinada de vitaminas y minerales, principalmente, que ofrecen un equipo general de nutrientes imprescidencibles en el correcto funcionamiento del organismo. Además, abonan el terreno para que otros  nutrientes individuales ofrezcan una adecuada eficacia.
  • Vitamina C: Preferentemente en forma neutra. Conteniendo los metabolitos que ayudan a que la vitamina llegue al flujo sanguíneo más deprisa y en mayores cantidades. Además, estos metabolitos ayudan a que la vitamina C penetre eficazmente en los glóbulos blancos, importantes componentes del sistema inmune.
  • Probióticos: Las bacterias intestinales son la primera barrera de defensa de nuestro organismo. Por ello, es importante que un complemento probiótico que trabaje rápidamente nuestra repoblación bacteriana contenga una buena cantidad de cada una de las cepas.
  • Plantas: Plantas tales como el olivo, la echinacea, el saúco, el astrágalus, la uña de gato y el regaliz, pueden reforzar el trabajo de los anteriores nutrientes.
La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.

Información cedida por "Solgar España".

jueves, 11 de septiembre de 2014

Como prevenir y tratar la gripe y el resfriado


Cada año con la llegada del frío, el estrés y todos los agentes nocivos que nos rodean aparecen numerosos virus que ponen a prueba nuestras defensas y nos pueden ocasionar una gripe o un resfriado. Ambas son enfermedades respiratorias pero son causadas por virus diferentes y varían en su sintomatología.



Resfriado
El resfriado común o catarro es una infección viral leve que afecta a las vías respiratorias altas como nariz, garganta y bronquios. Es la infección vírica más frecuente en el mundo y su aparición está muy relacionada con los picos estacionales: en otoño, a mitad del invierno y en primavera.

Existen más de 200 virus que pueden causar un resfriado, siendo el más frecuente el rinovirus seguido del coronavirus. Éstos se transmiten por vía aérea a través de secreciones de las vías respiratorias que se expulsan al aire con la tos y los estornudos, o por contacto directo con objetos contaminados con estas secreciones.

El principal grupo de riesgo son los niños. La inmadurez del sistema inmunitario y la facilidad del contagio por el contacto físico (guarderías, escuelas) propician la aparición de numerosos casos. Los ancianos, personas debilitadas e inmunodeprimidas, y los enfermos crónicos (en especial aquellos con afecciones en las vías respiratorias) son también grupos de riesgo.


Gripe
La gripe es una infección viral aguda de las vías respiratorias superiores causada por el virus influenza. Este virus presenta una extraordinaria capacidad de transmitirse de persona a persona fundamentalmente por vía aérea; basta con hablar, toser o estornudar para enviar los virus al aire y que otras personas puedan inhalarlo.

Esta enfermedad, que afecta a casi tres millones y medio de españoles cada año, supone uno de los mayores problemas de salud pública de todo el mundo occidental y anualmente vuelve a convertirse en la primera causa de bajas laborales. Uno de los retos a los que las autoridades sanitarias se enfrentan anualmente es la mutación del virus, que da lugar a nuevas cepas cada año.



SÍNTOMAS RESFRIADO GRIPE
Inicio Paulatino Súbito
Fiebre Temperatura normal o muy baja Temperatura entre 38 a 40 ºC acompañada de escalofríos
Dolor muscular A veces pero muy moderado Intenso en piernas y espalda
Cefalea Muy poco común Aguda e intensa, ocasionalmente asociada a fotofobia y dolor ocular
Rinitis, mucosidad nasal Transparente, fluida y abundante los primeros días para volverse purulenta a los 2 o 3 días A veces
Tos Muy frecuente. Al inicio suele ser seca y luego evolucionar a productiva Seca y puede llegar a ser intensa
Debilidad y fatiga Moderada Muy pronunciada, especialmente al inicio y a menudo persistente (hasta 2 semanas)
Otros síntomas Estornudos, dolor de garganta, irritación ocular Se producen estornudos, dolor de garganta e irritación ocular con menos frecuencia
Duración 8 a 10 días 3 a 7 días
Complicaciones Sinusitis, otitis. Sobre-infecciones bacterianas de las vías respiratorias Bronquitis, neumonía. En la convalecencia pueden aparecer encefalitis, miocarditis y mioglobinuria (orina de color rojizo/oscuro)



Consejos para prevenir y aliviar los síntomas de la gripe y el resfriado.

La mejor forma de evitar la gripe y el resfriado es mantener nuestro sistema inmunológico en condiciones óptimas. Para ello, es importante dormir un mínimo de siete horas diarias, reducir el estrés y llevar una alimentación equilibrada.
No obstante, sí a pesar de estas recomendaciones acabamos sufriendo un resfriado o una gripe, podemos seguir unos consejos para ayudarnos a aliviar los molestos síntomas:
  1. Descanse todo lo que sea posible, especialmente si presenta fiebre.
  2. Mantenga un ambiente cálido y húmedo para mantener la humedad de las vías respiratorias y aumentar la fluidez de la mucosidad.
  3. Ventile su casa y su sitio de trabajo diariamente.
  4. Evite los cambios bruscos de temperaturas y las bebidas excesivamente frías -con hielos- o calientes.
  5. Esmere la higiene personal; tápese la boca y la nariz antes de estornudar, utilice pañuelos desechables y lávese las manos con frecuencia.
  6. Aliméntese adecuadamente. Ingiera alimentos ricos en nutrientes que estimulen la función inmune (huevo, cereales completos, legumbres, carne, pescados) y el zinc (hígado, queso curado, mariscos, legumbres, huevo, frutos secos). Aumente el consumo de frutas y verduras, especialmente aquellas ricas en vitamina C (naranja, kiwi, mango, escaramujo, bayas de goji, étc.)
  7. Beba gran cantidad de líquidos (agua, zumos de frutas, infusiones, caldos, étc.), puesto que ayudan a eliminar la mucosidad, previenen la deshidratación y alivian el dolor de garganta. El caldo de pollo contiene cisteína, un aminoácido natural que ayuda a diluir la mucosidad de los pulmones, lo que permite expulsarla con mayor facilidad. Se recomienda agregar bastante condimento picante, como la pimienta de cayena, que le ayudará aún más a expeler la mucosidad.
    Sin embargo, evite las bebidas alcohólicas, que pueden interferir en la medicación y causar deshidratación.
  8. Realice aspiraciones de agua con sal o vahos de eucalipto para aliviar la congestión nasal y conseguir también una acción expectorante.
  9. Haga gárgaras de agua caliente con limón y miel. La acción emulgente nos permite calmar el dolor de garganta. A pesar de la creencia popular, es preferible emplear agua frente a la leche con miel, ya que los lácteos pueden aumentar la mucosidad.
  10. Deje de fumar y evite los ambientes con humo, ya que irritan todavía más nuestra garganta y mucosas.
  11. Si su sintomatología es severa consulte con su médico o especialista en salud y evite la automedicación. En la medicina convencional los fármacos utilizados para la gripe y el resfriado tienen la finalidad de controlar los síntomas o molestias derivadas del cuadro. Los más empleados son los analgésicos/antipiréticos, descongestionantes, antihistamínicos, antitusivos, mucolíticos, expectorantes, antiinfecciosos, faríngeos y anestésicos locales, y antigripales. Si utiliza la homeopatía merece especial atención el oscillococcinum, que ha demostrado su eficacia en los síntomas gripales.
  12. Cuidado con los antibióticos. Es muy importante que no se tomen antibióticos por cuenta propia; además de que no son efectivos contra estas afecciones. Utilizarlos de manera incorrecta o frecuente puede hacer que nuestro organismo se haga resistente a ellos y cuando realmente los necesitemos para tratar alguna enfermedad, podrían no hacernos ningún efecto.


La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.

Información cedida por "Solgar España"

jueves, 4 de septiembre de 2014

Antioxidantes, cómo obtenerlos.

Si la semana pasada os hablábamos de los antioxidantes y la importancia de incluirlos en nuestra nutrición, esta semana os damos unos apuntes sobre cómo obtenerlos.

Podemos tomar antioxidantes a través de la alimentación, o en suplementación. Los suplementos antioxidantes pueden ofrecer el nutriente de manera individualizada, o bien combinar varios de estos antioxidantes y dar una forma sinérgica, facilitando así su funcionamiento en el organismo.

Algunos antioxidantes individuales son:

  • Corteza de pino, por su alto contenido en proantocianidina A.
  • Semilla de uva, por su alto contenido en proantocianidina A y B.
  • Té verde, por su contenido en catequinas.
  • Mirtilo, por su contenido en antocianidinas.
  • Astaxantina, función antioxidante por ser un carotenoide.
  • Granada, función antioxidante por su contenido en taninos.
  • Ácido alfa lipoico, el cuerpo humano produce una pequeña cantidad.
En cuanto a los antioxidantes que podemos obtener a través de la alimentación, algunos ejemplos:
  • Vitamina A: Queso, huevos, mantequilla.
  • Provitamina A: Zanahorias, boniato, albaricoque.
  • Vitamina C: Naranja, kiwi, fresa, limón, mango, coles, pimiento, coliflor, rábano, sandía, piña, espinaca, pera, papaya, frambuesa, guisante, apio, uva, aguacate.
  • Vitamina E: Aceite de germen de trigo, aceite de oliva virgen, avellanas, almendras.
  • Selenio: Marisco, carne, pollo, grano de cereales, yema de huevo, leche, champiñones, ajo.
  • Zinc: Carne, cereales, nueces, queso.
  • Cisteína: Alubias, judías verdes, soja, legumbres, lácteos.
  • Glutatión: Alubias, judías verdes, legumbres, levadura de cerveza, arroz integral, cereales integrales, lácteos, huevos, pescado, marisco, carne de ave, frutos secos, semillas, brécol, coles, pimiento rojo, ajo, cebolla.
  • Coenzima Q10: Sardinas, caballa, atún, aceite de soja, coles, cacahuetes, espinacas.
  • Manganeso: Verduras, marisco, cereales, legumbres.
  • Cobre: Huevos, remolacha, espinacas, espárragos, nueces.
  • Vitamina B2 (Riboflavina): Pechuga de pollo, levadura de cerveza, cereales integrales, lácteos, copos de maíz.
  • Vitamina B3 (Niacina): Pavo, pollo, sardina, salmón, cacahuetes, cereales integrales, atún, bonito, caballa, almendras, guisantes y nueces.
  • Beta caroteno: Zanahorias, albaricoque, espárrago, remolacha verde, brécol, melocotón, pimiento rojo, batata, nabo, espinacas. La principal fuente de obtención de betacarotenos en suplementación es el alga "Dunaliella salina".
  • Flavonoides: Frutas cítricas, manzana, pera, cereza, uva, cebolla, brócoli, lechuga, ciruela.
  • Betaglucanos: Cebada, avena, salvado de maíz y hongos como reishi, shitake y maitake.
  • Ácido alfa lipoico: Patatas, zanahorias. El cuerpo humano produce una pequeña cantidad.

                                                                                                                     Información cedida por "Solgar España". 

La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.

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