Sería perfecto poder pasar todo un invierno sin sufrir los molestos síntomas del resfriado: nariz tapada, ojos llorosos, tos... y no tener que renunciar a nuestra vida social y laboral. Pero el hecho es que estas infecciones, aparentemente benignas, llenan las salas de espera de los hospitales durante el invierno, haciendo aumentar el absentismo laboral y escolar, así como las cifras de ventas de "los medicamentos contra la gripe", e incluso de los antibióticos.
Un sistema inmunitario fuerte, tu mejor aliado.
Durante todo el año, nuestro sistema inmunitario trabaja incansablemente desde la sombra y, sin darnos cuenta, nos ayuda a mantener una buena salud.
Sin embargo, es en invierno cuando nos acordamos especialmente de esta red protectora que atrapa, neutraliza y elimina los agentes patógenos. El frío, el aire seco, las habitaciones cerradas y la calefacción excesiva confieren un ambiente muy agradable a los virus y, si además, en este momento nuestro sistema inmunitario está debilitado, los virus del resfriado tienen vía libre para infectarnos y causarnos malestar.
El sistema inmunitario es una red compleja de células y órganos que trabajan juntos para defender al cuerpo de microbios y de otros patógenos como bacterias, virus o células tumorales. Las células que intervienen en los procesos inmunitarios se sitúan en el cuerpo de manera estratégica: lo hacen en determinados lugares, generalmente en los que se produce el paso de los microbios, de modo que puedan intervenir rápidamente si es preciso. Así, cuando el cuerpo descubre una sustancia extraña, varios tipos de células entran en acción, desencadenando lo que se denomina "respuesta inmunológica".
Un sistema inmunitario bien formado se podría comparar con una gran empresa extremadamente bien organizada, que se guía por una misma estrategia, donde el transporte, la producción, el almacenamiento, la logística y la seguridad están al más alto nivel.
Sin embargo, es un verdadero desafío mantener la correcta actividad de este empresa tan bien organizada, sobre todo durante las estaciones en las que las condiciones exteriores hacen mucho más dificil el trabajo.
¿Resfriado o gripe?
Un resfriado es una infección autolimitada, por lo general poco marcada, y sus síntomas aparecen de forma paulatina, en forma de picor en la garganta, estornudos o tos.
La gripe, sin embargo, es una enfermedad que debe ser tomada con más consideración. Cuando se contrae la gripe, uno se empieza a sentir inmediatamente muy débil, apagado y con malestar general, y es frecuente que se sufra de lumbago u otros dolores articulares, dolor de cabeza, cansancio intenso y fiebre alta.
Virus de la gripe |
Estos síntomas merecen una consulta al especialista, mientras que un resfriado ordinario se puede curar fácilmente en casa.
Son más de 2000 virus, provenientes de ocho diferentes familiar virales, los que pueden causar una gripe o un resfriado, y en ambos casos, al no tratarse de infecciones causadas por bacterias, no podrán ser tratadas con antibióticos.
Consejos saludables
Es importante tener en cuenta una serie de consejos para mantener la salud de nuestro sistema inmunitario y lograr que sea más fuerte y pueda afrontar los posibles intentos de infección de manera más efectiva. Para ello, llevar un estilo de vida saludable asegurando una alimentación sana y equilibrada, durmiendo las horas necesarias y minimizando el estrés, por ejemplo, serán factores esenciales para conseguir nuestro propósito.
No hay que olvidar tampoco el hecho de mantener buenos hábitos de higiene, como lavarse las manos, limpiar los aparatos y utensilios que tocamos con más frecuencia -como teléfonos, puertas, interruptores, pasamanos de escaleras...- y ventilar los espacios con regularidad.
Es muy importante también beber mucha agua o infusiones, pasear al aire libre con frecuencia y dormir bien.
Finalmente, es importante añadir el consumo de determinadas plantas medicinales. Por ejemplo, la Echinacea purpurea será fundamental, ya que existen muchos estudios que avalan que la equinácea puede ayudar a prevenir la gripe y el resfriado, asi como minimizar sus síntomas si hemos estado infectados.
Otras plantas como las bayas de saúco, el ajo o el jengibre también poseen efectos beneficiosos sobre el sistema inmunitario, con menos respaldo científico pero sí con un amplio uso tradicional.
Información facilitada por A. Vogel
La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.
Gracias por estos consejos para ayudar a proteger las defensas y fortalecer el sistema inmunitario, sobre todo en las épocas más frías o de resfriados.
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