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jueves, 18 de febrero de 2016

11 alimentos vegetales contra el frío


Esta selección de frutas, verduras y raíces constituye una verdadera farmacia verde, pues, además de formar parte de tus menús diarios, estos alimentos vegetales pueden convertirse en remedios naturales para vencer las enfermedades del invierno.



1. NABO

Es un excelente fuente de vitamina C, ácido fólico, potasio, calcio, fósforo y yodo. Además contiene abundantes antioxidantes, que ayudan a defendernos de las infecciones y a prevenir el cáncer. Se puede añadir a caldos, estofados y sopas de invierno o tomar crudo rallado en las ensaladas. 

Un remedio popular para tomar en caso de bronquitis: 1 vaso del jugo de 1 nabo y 2 limones, una vez al día,


2. PUERRO

Sus propiedades antibacterianas se activan justo al cortarlo, cuando uno de sus compuestos reacciona con el oxígeno y forma la alicina. Esta sustancia, que también tiene el ajo, resulta especialmente eficaz contra Staphylococcus aureus, responsable de infecciones cutáneas, de las mucosas y del aparato gastrointestinal. En caso de gripe, faringitis o bronquitis, puedes prepararte un caldo con propiedades bactericidas hirviendo 1 puerro (incluyendo las hojas verdes) en 1 litro de agua durante 5 minutos. Bebe de ese caldo durante el día añadiéndole el zumo de medio limón en cada vaso.



3. MANDARINA

Es la mejor fuente para proveer de vitamina C y de carotenos a los niños durante el invierno, ya que su sabor más dulce que las naranjas y su facilidad para pelarlas la hacen la fruta infantil por excelencia. Ade

más de reforzar las defensas contra las infecciones invernales gracias a su riqueza en antioxidantes, como las mandarinas suelen tomarse enteras y no en zumo, resultan una buena fuente de fibra, que ayuda a evitar el estreñimiento. Aportan asimismo potasio, calcio y fósforo y vitaminas del grupo B. Y el aroma de mandarina dicen que es un gran estimulante de la creatividad de los niños.


4. KIWI

Llegó hace dos décadas desde Australia y se quedó en nuestras mesas para siempre por su sabor, textura y valor nutricional. Aunque está presente en el mercado durante casi todo el año, lo hemos escogido como alimento de invierno no por su gran riqueza en vitamina C y ácido fólico, que fue lo que lo hizo famoso, sino porque es portador de una enzima digestiva llamada actinidina que ayuda a digerir mejor las proteínas y tiene acción antiinflamatoria. Por tanto, es una fruta ideal para mejorar el proceso digestivo después de una comida muy rica en proteínas como las habituales en Navidad.



5. JENGIBRE

Esta raíz de sabor picante tiene propiedades muy útiles para combatir el frío. Aporta una buena dosis de vitamina C, flavonoides y aminoácidos, pero lo que le otorga la mayoría de sus virtudes son los gingeroles que contiene, con efectos analgésicos, antiinflamatorios y antioxidantes, que resultan muy eficaces contra la gripe y los resfriados, ya que favorecen la expectoración. Prepara tu té de jengibre antigripal hirviendo en medio litro de agua un trozo de jengibre fresco durante 10 minutos. Anádele 1 cucharada de miel y el zumo de medio limón y toma 1 taza 3 veces al día.



6. ALCACHOFAS

Elegimos la alcachofa como alimento estrella del invierno por sus propiedades depurativas y desintoxicantes del hígado, cualidades que influyen positivamente en nuestro sistema defensivo, ya que si nuestro organismo está sobresaturado de toxinas, se enferma más. Las alcachofas aportan calcio, fósforo, potasio, hierro, magnesio, zinc y vitamina B, pero destacan por su contenido en cinarina, una sustancia que ayuda a mantener a raya las grasas, el colesterol y los triglicéridos. 
Para aprovechar mejor sus propiedades, hay que cocerlas y beber el agua de la cocción, que resulta muy diurética.


7. APIO

Diurético, remineralizante y sedante, el apio es el rey de los caldos contra el frío, ya que, además de aportar un aroma y sabor deliciosos, nos permiten preparar la base de una bebida terapéutica para enfermos gripales. En 2 litros de agua se ponen a hervir 3 tallos verdes de apio (tronco y hojas), 2 hojas de col verde y 2 cebollas durante media hora. Se cuela y se toma antes de las comidas, caliente o tibio, a razón de 2-3 vasos al día, añadiendo el zumo de 1 limón recién exprimido en cada vaso. Es un caldo lleno de minerales que permite neutralizar el efecto desmineralizante del limón.



8. LIMÓN

Si hay algo que nunca debe faltar en nuestra cocina es el limón, pero en invierno deberíamos comprarlo por kilos, que ya no se trata de poner un chorrito de su jugo al pescado, sino de tomar al menos uno al día. Aparte de su gran contenido en vitamina C, el limón es un excelente depurativo que ayuda a eliminar toxinas y un gran bactericida y antiviral. La mejor medida preventiva: tomar cada mañana en ayunas el zumo de un limón en un vaso del caldo remineralizante descrito en el "Apio". En caso de gripe y resfriado, se puede combinar con infusión caliente de tomillo y miel.



9. RÁBANOS

Es otra verdura de invierno, casi medicinal, que deberíamos usar en abundancia. Aparte de las ventajas de su abundante vitamina C y de otros antioxidantes, el rábano tiene propiedades antibacterianas muy útiles cuando hay problemas de garganta. La medicina popular recomienda tomar rábanos crudos rallados con cebolla para aliviar anginas, faringitis, etc. Además, tomar jugo de rábanos puro o añadirlo a nuestro licuado de verduras matinal es un remedio diurético muy útil para estimular el funcionamiento de riñones y vesícula. Bien masticado en la ensalada, mejora la digestión y evita los gases.



10. NUECES

Tienen propiedades cardiovasculares derivadas de su riqueza en los buenos ácidos grasos omega 3, pero no sólo se recomiendan por eso, sino también porque, al igual que las almendras y otros frutos secos, son una buena fuente de calcio. Es interesante recurrir, sobre todo en invierno, a otras fuentes vegetales de calcio para poder eliminar la leche de vaca de la dieta, ya que favorece la formación de mucosidad y nos puede hacer más vulnerables a los resfriados. Pero hay que ser moderados en su consumo: bastan 5-6 unidades de nueces o almendras al día para beneficiarse de sus nutrientes.


11. BRÓCOLI
Es una de las verduras crucíferas más fácil de encontrar en nuestros supermercados y de mayor consumo, tal vez porque resulta fácil de conservar y cocinar. Es muy rica en vitaminas A, E, C, K y del complejo B, aporta calcio y resulta alcalinizante, pero lo que hace única es su privilegio contenido en sustancias azufradas que estimulan la inmunidad y ayudan a prevenir los riesgos de algunos cánceres, lo que justifica que la tomemos una vez a la semana. Además, contiene luteína, un antioxidante muy útil para proteger la vista y evitar problemas como las cataratas. Tómala al vapor y al dente.


Por Tareixa Enríquez para Santiveri

La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.

jueves, 11 de febrero de 2016

La diversidad de las harinas


Ocupan el primer eslabón de la pirámide alimenticia. Después del agua, como nutriente imprescindible, las harinas son la base que constituye uno de los alimentos más importantes del mundo: el pan.


Las harinas son el polvo fino resultante de la molienda de los cereales y con sus variedades se elaboran miles de panes tradicionales, bollos, hojaldres, panes con fibra, panes dulces y panes con semillas, panes de otros países como el pan de pita de Marruecos, focaccias de Italia, figacitas de Argentina, fougasses de ajo en Francia, y también panes especiales sin gluten o sin levadura... Y así una lista interminable de maravillas gastronómicas que pueden realizarse gracias a las harinas de los distintos cereales.

No obstante, las harinas deberían diferenciarse entre ellas; cuando hablamos de harina sin mencionar nada más, damos por entendido que nos referimos a la harina de trigo tradicional. Por lo tanto, en caso de querer referirnos a otro tipo de harina, tendríamos que nombrar el cereal a la que pertenece: harina de maíz, harina de centeno, harina de espelta... del mismo modo, distinguir si es integral o no.

También hay otras clasificaciones;
En función del producto que se quiera elaborar se tiene que utilizar un tipo determinado de harina:

  • Harina de fuerza, para la elaboración de masas de bollería a las que se añade mantequilla, azúcar y huevos.
  • Harina de media fuerza, para hacer croissant, masa de hojaldre y panes que contengan aceite de oliva.
  • Harina panificable, es la que se usa habitualmente para elaborar la mayoría de los panes.
  • Harina floja, es la harina que se debe poner en todas las masas no fermentadas, en magdalenas, plumcakes, bizcochos y también para hacer galletas, pastas de té y otros productos sin levadura.

La propiedades de la harina a nivel nutricional son muy similares a las del grano del cereal del que procede.
Veamos unos ejemplos:
  • Harina de cebada y centeno: rica en vitaminas del grupo B. Contienen provitamina A que favorece el rejuvenecimiento de los tejidos y es rica en fósforo. Es de fácil digestión y adecuada para personas con colon irritable.
  • Harina de avena: la avena contiene seis de los ocho aminoácidos esenciales y se considera el más completo de los cereales por sus cualidades energéticas y nutritivas.

Hay muchas personas que deciden hacer su propio pan en casa. La harina de trigo, junto a la masa madre, es el ingrediente principal. El componente más importante de la harina son las proteínas. Mientras se amasa, las proteínas de la harina y el agua que se va añadiendo forman el gluten lo que dará cuerpo y elasticidad al pan una vez se haya terminado.


Las harinas se pueden mezclar entre ellas y el éxito del resultado final dependerá de las materias primas, el amasado y un proceso de elaboración cuidadoso. La harina de trigo ideal para la elaboración del propio pan debe tener una presencia sin grumos ni trozos de harina secos, de lo contrario indicaría que está pasada.
Una harina caducada de poco tiempo en principio no daña la salud pero si puede ser la causante de un producto mal elaborado.

La harina de centeno es extraordinaria para la elaboración de un pan muy sabroso que se conserva hasta una semana con la miga tierna y húmeda. También se puede hacer pan u otros productos de la harina de avena, de arroz, de maíz, de soja y de cebada.

En definitiva, no hay excusa para no abastecer nuestra despensa de hidratos de carbono sanos y ricos procurando escoger las harinas que más nos convengan en función de las necesidades de nuestro organismo.

Nuria Ripoll Blanc
Técnica dietista en Biospirit

jueves, 4 de febrero de 2016

Cosmética natural y ecológica.


Cada vez hay más personas que se decantan por la cosmética natural debido a numerosos problemas de piel y reacciones alérgicas a algunas sustancias químicas, lo cual nos obliga a buscar opciones lo más saludables posible.

Los productos de cosmética natural respetan la ecología de las materias primas, promueven el consumo responsable y mantienen un compromiso con el medio ambiente.

Ahora bien, es necesario aclarar que nos es lo mismo un producto natural que uno bio, aunque los dos tienen en común el uso de ingredientes naturales en sus formulaciones. Un producto se considera cosmética natural si como mínimo el 95% de los ingredientes son naturales y al menos un 5% proviene de agricultura ecológica (Sólo puede contener un 5% de ingredientes de síntesis). Por otro lado, un producto de cosmética bio debe contener el 95% de ingredientes de origen natural a base de plantas de agricultura bio, resultando un mínimo del 10% de los ingredientes totales. Asímismo hay que destacar la prohibición del uso de organismos genéticamente modificados, parabenes, siliconas, etc.

La mayor parte de la población desconoce por completo los peligros de la cosmética industrial, que es una de las principales fuentes de exposición de sustancias químicas tóxicas para el organismo. Además utilizan principios activos que a primera vista pueden resultar más eficaces, pero que en realidad asfixian la piel y le generan "dependencia", provocando que al dejar de usar el producto el problema estético que queríamos resolver (Sequedad, caspa, granitos) se haya agravado más aún. Por el contrario, los principios activos naturales "trabajan" con el organismo, estimulando su salud y belleza natural.

Es posible que un producto de cosmética natural nos ofrezca resultados casi inmediatos para nuestra piel, pero si comprobamos cuál es su composición merece la pena replantearse las ventajas e inconvenientes que puede tener éste parche momentáneo. Por otro lado, muchos de estos productos contiene parafinas, que es un hidrocarburo derivado del petróleo sumamente perjudicial para la piel, además de siliconas y fragancias sintéticas.
Cuando hablamos de cosméticos no nos referimos única y exclusivamente a maquillaje sino también a todo tipo de productos de higiene tales como champús, dentífricos, acondicionadores, cremas, etc., cuya publicidad nos incita a su consumo y no solemos pararnos a mirar las etiquetas para ver los ingredientes nocivos que contienen.


  • Champús/ Geles de ducha:  Los champús o geles de ducha de cosmética natural son menos espumosos que los de comercialización industrial porque no contienen tensioactivos sintéticos responsables de la producción de espuma; en su lugar utilizan una mezcla de tensioactivos suaves de origen vegetal como el cocoil glutamato o el glucósido de coco. El hecho de que produzcan menos espuma no implica la pérdida de su eficacia.
    Estos productos son más caros que los de origen industrial pero son mucho más saludables y no irritan la piel ni el cuero cabelludo.

  • Desodorantes: Los desodorantes industriales nos prometen antitranspiración, pero normalmente suele ser una artimaña publicitaria puesto que contienen aluminios que bloquean la transpiración y por otra parte son susceptibles de acumularse en el cuerpo. Actualmente hay varias opciones de desodorantes naturales que no contienen ni aluminios ni parabenes.
  • Dentro de los maquillajes podemos destacar:
  1. Las bases de maquillaje y los coloretes son los recomendados para pieles sensibles y tienen la ventaja de utilizar la tierra como mineral y proteger la piel del sol.

  2. Las sombras de ojos suelen estar compuestas por minerales y aceites como la jojoba y el coco, que actúa como conservante.

  3. El rímel y los delineadores están compuestos por aceites esenciales y extractos de plantas.

  4. Los desmaquillantes naturales suelen contener aceites como el de coco, jojoba y almendra.

  • Tintes para el cabello: Los tintes convencionales y los decolorantes que contienen son un castigo para el cabello, ya que suelen ser tratamientos muy fuertes y tóxicos, que además se utilizan repetidamente. Contienen sustancias como los derivados del amoniaco o parafenilenediamina, que provoca reacciones alérgicas. Una alternativa son los tintes vegetales ecológicos y la henna, que se obtiene a partir de un arbusto.


Se debe tener en cuenta que no existe legislación que regule la cosmética natural, por eso se debe escoger la que está certificada con sellos como por ejemplo Ecocert.

Todos los productos de cosmética natural tiene que cumplir los siguientes requisitos: 
  • Las materias primas deben proceder de plantas y siempre que sea posible, de cultivo ecológico certificado.
  • Los productos no pueden estar testados en animales.
  • Sólo se admiten tensioactivos vegetales, tales como grasas, lecitinas, etc.


Sheyla M. Burón Castroagudin

Agradecimientos: Nutrinat


La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.

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