Durante siglos, en Nueva Zelanda, las plantas nativas y
los árboles han desarrollado sus propios sistemas de defensa contra la enfermedad. Los
compuestos naturales que existentes en los árboles y sus flores en esta parte
de nuestras antípodas, poseen principios activos con un alto nivel de poder
curativo extensible a los humanos y la reina de todas las flores, por su gran
poder antibacteriano, es la flor de la Manuka, de donde proviene la miel más
famosa del mundo: La miel de Manuka
“Donde no llegan los antibióticos llega la miel
manuka” dice un viejo proverbio que usan los neozelandeses. En efecto al
poder antibacteriano que tiene todas las mieles debido a su contenido en
peroxido de Hidrogeno, la miel de Manuka tiene un poder antibacteriano extra,
cuyo origen hasta hace muy poco era desconocido y que hasta principios del
2008, se medía con el factor UMF/IAA (Unique Manuka Factor)(Indice
Actividad Antibacteriana).
Este poder bactericida que tiene la miel de manuka puede ser utilizado contra cualquier tipo de bacteria, como distintos tipos de estafilococo causante de muchas infecciones o la mutante BRSA resistente a los antibióticos y que puede tener consecuencias fatales para nuestra salud, pero es especialmente activa contra la bacteria Helicobacter Pyloris que origina la úlcera de estómago y duodeno, haciéndola desaparecer en un plazo de tres meses. Esto es una buena noticia, dada la abrumadora mayoría de los casos de infecciones resistentes a los antibióticos de las cepas bacterianas.
Ahora bien, es muy importante para comprender la miel de
Manuka, comprender el significado UMF..
•UMF/IAA significa Unique Manuka Factor (Factor único de Manuka)
• UMF/IAA es el nombre de la actividad antibacteriana que se encuentra en algunas cepas de miel Manuka.
• UMF/IAA no esta en todas las mieles de Manuka y ni siquiera en las mieles llamadas activas de Manuka
• UMF/IAA ha sido la garantía y una medida de la potencia antibacteriana de la miel.
• UMF/IAA la miel de manuka con UMF 5 es el nivel mínimo, mejorando las propiedades antibacterianas cuando mayor sea este factor.
•UMF/IAA significa Unique Manuka Factor (Factor único de Manuka)
• UMF/IAA es el nombre de la actividad antibacteriana que se encuentra en algunas cepas de miel Manuka.
• UMF/IAA no esta en todas las mieles de Manuka y ni siquiera en las mieles llamadas activas de Manuka
• UMF/IAA ha sido la garantía y una medida de la potencia antibacteriana de la miel.
• UMF/IAA la miel de manuka con UMF 5 es el nivel mínimo, mejorando las propiedades antibacterianas cuando mayor sea este factor.
• UMF/IAA elegido y forma de aplicación ha de estar
de acuerdo con la patología y condiciones del paciente a tratar.
Una primera
aproximación de la utilidad de este grado UMF/IAA puede ser:
0-4: No detectable. No es útil desde el punto de vista
curativo
5-9: Mantenimiento (mejora en general de la salud pero no se recomienda para uso terapéutico especial)
10-15: Útil, niveles aprobados por la Unidad de Investigación de miel en la Universidad de Waikato
16 y más: Superior con los niveles de actividad muy alto
.Ahora bien, la medida UMA, es una medida de la actividad antibacteriana de la miel y esta basado en el efecto biológico que causa, sin conocer que principio activo es responsable de dicha actividad y durante 15 años este ha sido desconocido.
5-9: Mantenimiento (mejora en general de la salud pero no se recomienda para uso terapéutico especial)
10-15: Útil, niveles aprobados por la Unidad de Investigación de miel en la Universidad de Waikato
16 y más: Superior con los niveles de actividad muy alto
.Ahora bien, la medida UMA, es una medida de la actividad antibacteriana de la miel y esta basado en el efecto biológico que causa, sin conocer que principio activo es responsable de dicha actividad y durante 15 años este ha sido desconocido.
El descubrimiento de este principio vino del grupo de
investigación dirigido por el profesor Thomas Henle, de la Universidad de
Dresde (Alemania). “Hemos demostrado sin ninguna ambigüedad y por primera
vez, que el responsable de la lucha contra la actividad bacteriana de la miel Manuka es el
compuesto Metilglioxal (MGO)” (Informe en Molecular Nutrition and Food
Research, enero 2008)
Miel de
Manuka, úlcera péptica y su tratamiento natural
Con cierta frecuencia y muchas veces para bien, la medicina tradicional, cambia
conceptos, ideas, forma de tratamientos que en una época se consideraban
correctos, pero que con el paso del tiempo y con los nuevos métodos de
investigación, se quedaron obsoletos, dando paso a nuevas teorías, nuevas
técnicas, nuevos fármacos con cuyo tratamiento se trata de conseguir un buen
estado de salud, la eliminación del dolor y la erradicación de enfermedades.
Quien no recuerda el consejo de nuestro medico hace unos cuantos años a las personas que padecían de hipercolesterolemia “No tomen pescado azul. Es perjudicial. Su tasa de colesterol en sangre se elevará por encima de cifras permitidas”. Sin embargo hoy nuestro doctor nos dice “Tomen dos o tres veces por semanas pescado azul. Es excelente para controlar el colesterol”.
Por supuesto este último consejo no se hace de forma gratuita y esta basado en esos ácidos poliinsaturados con nombre griego que contienen los aceites de pescado o de mamíferos marinos: los famosos omega 3, que dan un excelente resultado en el tratamiento de tasas altas en colesterol además de ser unos excelentes antiinflamatorios naturales. Hay muchos ejemplos como este. Pero vayamos al tema que hoy nos ocupa: nuestro aparato digestivo y las distintas patologías que puede presentar esta parte de nuestro organismo, especialmente la úlcera de estómago y duodeno y su tratamiento desde el punto de vista naturopático.
Es un caso típico como la causa de estas patologías han cambiado con el paso del tiempo y como su tratamiento, tanto desde el punto de vista alopático como holistico ha variado sustancialmente. Veamos aunque sea brevemente como, a través del tiempo, los orígenes, diagnósticos y tratamientos han variado.
Quien no recuerda el consejo de nuestro medico hace unos cuantos años a las personas que padecían de hipercolesterolemia “No tomen pescado azul. Es perjudicial. Su tasa de colesterol en sangre se elevará por encima de cifras permitidas”. Sin embargo hoy nuestro doctor nos dice “Tomen dos o tres veces por semanas pescado azul. Es excelente para controlar el colesterol”.
Por supuesto este último consejo no se hace de forma gratuita y esta basado en esos ácidos poliinsaturados con nombre griego que contienen los aceites de pescado o de mamíferos marinos: los famosos omega 3, que dan un excelente resultado en el tratamiento de tasas altas en colesterol además de ser unos excelentes antiinflamatorios naturales. Hay muchos ejemplos como este. Pero vayamos al tema que hoy nos ocupa: nuestro aparato digestivo y las distintas patologías que puede presentar esta parte de nuestro organismo, especialmente la úlcera de estómago y duodeno y su tratamiento desde el punto de vista naturopático.
Es un caso típico como la causa de estas patologías han cambiado con el paso del tiempo y como su tratamiento, tanto desde el punto de vista alopático como holistico ha variado sustancialmente. Veamos aunque sea brevemente como, a través del tiempo, los orígenes, diagnósticos y tratamientos han variado.
Una
úlcera es una llaga o lesión abierta, que se encuentra generalmente en las
áreas del cuerpo con piel o con membranas mucosas. Esta definición se puede
aplicar a las mucosas de nuestro aparato digestivo y así, una úlcera en el
revestimiento del estómago o del duodeno, donde el ácido clorhídrico y la pepsina
están presentes, se llama úlcera péptica.
Cuando la úlcera péptica está en el
estómago, se llama úlcera de estómago y si es en el duodeno, ulcera
duodenal. El concepto es claro, pero no así sus causas. En el pasado y hasta
épocas muy recientes se había creído que el ácido y otros jugos producidos por
el estómago, podían contribuir a la formación de úlceras al quemar el tejido
de revestimiento del tracto digestivo. En teoría, esto ocurre cuando el cuerpo
produce mucho ácido o si el tejido de revestimiento de su tracto digestivo
está dañado de algún modo.
Otros factores clásicamente involucrados podrían ser
una alimentación inadecuada, la tensión (estrés) física o emocional podrían
ayudar a ocasionar úlceras. Los medicamentos antiinflamatorios también pueden
ocasionarlas. A pesar de que la mayoría de las personas tomen estos
medicamentos sin ningún problema, su uso a largo plazo puede dañar el tejido de
revestimiento del estómago y ocasionar úlceras.
Los medicamentos
antiinflamatorios incluyen la aspirina, el ibuprofeno y algunos medicamentos
que se obtienen con prescripción para la artritis, artrosis etc.En cuanto a sus síntomas, el más característico es el dolor de tipo
punzante o ardor en el abdomen, entre el esternón y el ombligo. El dolor a
menudo se produce entre las comidas y por la mañana temprano y puede durar
desde unos pocos minutos hasta unas pocas horas. Otro síntomas podrían ser
eructos, náuseas, vómitos, poco apetito, pérdida de peso, sensación de
cansancio y debilidad.
Algo de historia
Situémonos en el año 1979. En este año, J. Robin Warren, patólogo del hospital
australiano de Royal Perth, hizo una observación sorprendente.
Al examinar las
biopsias de estómago practicadas a determinados pacientes, advirtió que en
muchos casos las muestras contenían un número elevado de bacterias curvadas o
espiriformes.
Lo normal es que el ácido del
estómago destruyese este tipo de microorganismos, antes de que se asentasen en
la mucosa gástrica.
Pero las bacterias que Warren veía estaban alojadas por
debajo de la espesa capa de moco que recubre la superficie del estómago y las
protegía del ácido.
El patólogo autraliano comprobó también que las bacterias aparecían en
muestras de tejido hinchado y ulcerado. No le fue fácil a Warren, ni siquiera
con el entusiasmo de su joven colaborador Barry J. Marshall, hacer crecer
aquellas bacterias desconocidas para poder estudiarlas.
Comenzaron a trabajar
en 1981. Un año después, habían intentado, sin éxito, conseguir cultivos a
partir de muestras obtenidas de más de treinta pacientes.
Llegaron las
vacaciones de pascua de 1982. El personal del laboratorio había dejado
incubando inadvertidamente algunas de las placas; así permanecieron cinco
días, en vez de los dos habituales. En la quinta jornada aparecieron las
colonias.
Una vez mas la serendipia (grandes descubrimientos casuales)
intervino en el proceso de forma totalmente fortuita para ayudar a la
humanidad y como si fuese una copia del descubrimiento de la penicilina por
parte Sir Alexander Fleming, Warren descubrió la bacteria Helicobacter Piloris
y su relación y causa en mas de un 80 % de las ulceras de estomago y duodeno
y que ha venido importunando al hombre desde que emigró de África por primera
vez hace aproximadamente 60.000 años.
Aun así la comunidad científica de la
época rechazo en una gran parte el descubrimiento de Warren, quien tuvo el
valor de inocularse la bacteria y desarrollar una úlcera péptica, demostrando
en su propio organismo sus teorías. Gracias a Marshall y Warren la úlcera
péptica ya no es una enfermedad crónica, sino una enfermedad que puede
curarse con un breve régimen de antibióticos e inhibidores de la segregación
ácida. Y en cuanto a su diagnostico, una simple prueba de aliento puede detectar
la presencia de la bacteria.
La alternativa natural. La miel de Manuka.
Ya hemos visto que la ulcera gastroduodenal, al ser en un porcentaje muy elevado de origen bacteriano, puede ser tratada mediante el uso de antibióticos con éxito. No olvidemos sin embargo, que aun a pesar de este éxito innegable de los antibióticos en procesos bacterianos, hay que considerar también los efectos colaterales que pueden tener sobre nuestro organismo.
Como siempre, la pregunta es: ¿Hay algún producto de origen natural que tenga el mismo efecto antibacteriano que la combinación de los tres antibióticos que se utilizan para la erradicación de la Helicobacter Piloris? La respuesta es afirmativa y el producto la miel.
Y es que, por siglos, el ser humano ha estado utilizando productos naturales para curar heridas y otras enfermedades en los que intervienen bacterias. Parte de estos procesos han sido elaborados con la miel. Un producto que se ha venido utilizando en las heridas de los antiguos egipcios y griegos, que confiaban en sus poderes curativos.
Incluso en la Segunda Guerra Mundial se empleaba por sus propiedades antibacterianas en el tratamiento de heridas. Por mucho tiempo, las personas pensaban que durante la Segunda Guerra Mundial se empleaba por sus propiedades antibacterianas en el tratamiento de heridas. Se creía que la consistencia gruesa de esta sustancia impedía que el aire entrara en las heridas y las infectara.
También se pensaba que el alto contenido de azúcar en la miel impedía que las bacterias crecieran de forma rápida. La realidad es que la actividad antibacteriana de la miel proviene de una enzima que las abejas le agregan al néctar, que lentamente genera peróxido de hidrógeno cuando la miel se diluye. El origen de las variedades de la miel (cada tipo depende de su fuente floral) y el procesamiento inciden en la cantidad de poder antibacteriano que contiene cierta cantidad de miel.
En el aspecto medicinal, podemos recurrir a las mieles de diversa procedencia; miel de brezo para la cistitis, miel de eucalipto para los problemas circulatorios, miel de tila o azahar para combatir el insomnio y neutralizar el nerviosismo, además de otras muchas. En la misma línea, disponemos de mieles más específicas con propiedades de alto valor regenerador. Así por ejemplo, la miel de castaño es especialmente aconsejable en quemaduras. Pero todo lo escrito anteriormente puede ser aplicado a las mieles en general.
Sin embargo, hay una miel que tiene unas propiedades regenerativas y un poder bactericida excepcionales, siendo capaz de luchar con éxito contra las más variadas bacterias, con resultados realmente asombrosos. Es obvio que con la llegada de la penicilina y otros antibióticos en el siglo XX, las propiedades médicas de la miel pasaron a segundo plano.
Pero esto está por cambiar precisamente con la investigación de la miel de Manuka. El trabajo principal sobre este tipo de miel fue realizado por el bioquímico Peter Nolan y la Unidad de Investigación de la Miel de la Universidad de Waikato, de Nueva Zelanda y sus trabajos han identificado a este tipo de miel en particular por sus extraordinarias cualidades curativas.
El Profesor Nolan ha demostrado que la miel de las flores del arbusto de Manuka tiene más propiedades antibacterianas que cualquier otro tipo de miel. Como ya mencionamos, todas las mieles tienen, en diferentes niveles, peróxido de hidrógeno, producto de una enzima que las abejas agregan al néctar, pero en la miel de Manuka hay algo más aparte del peróxido de hidrógeno. Y nunca se ha encontrado algo así en ninguna otra parte del mundo.
Ese “algo más” ha resultado ser muy difícil de detectar. Incluso ahora, tras 20 años de investigación, el Profesor Nolan admite que aún no tiene una idea exacta de qué se trata, pero ya le puso un nombre: factor único del Manuka (UMF). Además, ha encontrado una forma de medir su eficacia antibacteriana, al comparar la miel de Manuka con antisépticos estándar (ácido carbólico o fenol) y su capacidad de combatir bacterias. Los resultados son sorprendentes.
La miel de Manuka tiene un espectro de acción muy amplio. Abarca bacterias, hongos y protozoarios, entre otros. No se ha logrado encontrar ningún organismo infeccioso en el que no funcione. Eso incluye cepas resistentes a los antibióticos del estafilococo áureo, que es igualmente sensible a la miel, que otras cepas del mismo germen. Y en el caso que nos ocupa, la miel de Manuka elimina la Helicobacter Piloris en los tubos de ensayo.
Tomar dos o tres cucharaditas de miel por día contribuyen a que el organismo se deshaga de la bacteria y reduce el riesgo de una nueva infección. Para que los resultados sean los deseados, hay que elegir una marca que tenga en la etiqueta una graduación como mínimo de UMF 10. La miel de Manuka actúa en procesos como puede ser una hernia de hiato, una gastritis, un reflujo o una acidez estomacal, también con éxito. Una simple cucharadita cuando se notan estos síntomas, los amortigua y los hace desaparecer. Finalmente no podemos dejar de mencionar el poder curativo de la miel de Manuka no solo en la lucha contra la temida Helicobacter Piloris, sino en el tratamiento de infecciones provocadas por quemaduras, heridas o escaras donde los antibióticos, muchas veces, han fracasado.
Miel de Manuka, la vencedora de la Úlcera de estómago.
La alternativa natural. La miel de Manuka.
Ya hemos visto que la ulcera gastroduodenal, al ser en un porcentaje muy elevado de origen bacteriano, puede ser tratada mediante el uso de antibióticos con éxito. No olvidemos sin embargo, que aun a pesar de este éxito innegable de los antibióticos en procesos bacterianos, hay que considerar también los efectos colaterales que pueden tener sobre nuestro organismo.
Como siempre, la pregunta es: ¿Hay algún producto de origen natural que tenga el mismo efecto antibacteriano que la combinación de los tres antibióticos que se utilizan para la erradicación de la Helicobacter Piloris? La respuesta es afirmativa y el producto la miel.
Y es que, por siglos, el ser humano ha estado utilizando productos naturales para curar heridas y otras enfermedades en los que intervienen bacterias. Parte de estos procesos han sido elaborados con la miel. Un producto que se ha venido utilizando en las heridas de los antiguos egipcios y griegos, que confiaban en sus poderes curativos.
Incluso en la Segunda Guerra Mundial se empleaba por sus propiedades antibacterianas en el tratamiento de heridas. Por mucho tiempo, las personas pensaban que durante la Segunda Guerra Mundial se empleaba por sus propiedades antibacterianas en el tratamiento de heridas. Se creía que la consistencia gruesa de esta sustancia impedía que el aire entrara en las heridas y las infectara.
También se pensaba que el alto contenido de azúcar en la miel impedía que las bacterias crecieran de forma rápida. La realidad es que la actividad antibacteriana de la miel proviene de una enzima que las abejas le agregan al néctar, que lentamente genera peróxido de hidrógeno cuando la miel se diluye. El origen de las variedades de la miel (cada tipo depende de su fuente floral) y el procesamiento inciden en la cantidad de poder antibacteriano que contiene cierta cantidad de miel.
En el aspecto medicinal, podemos recurrir a las mieles de diversa procedencia; miel de brezo para la cistitis, miel de eucalipto para los problemas circulatorios, miel de tila o azahar para combatir el insomnio y neutralizar el nerviosismo, además de otras muchas. En la misma línea, disponemos de mieles más específicas con propiedades de alto valor regenerador. Así por ejemplo, la miel de castaño es especialmente aconsejable en quemaduras. Pero todo lo escrito anteriormente puede ser aplicado a las mieles en general.
Sin embargo, hay una miel que tiene unas propiedades regenerativas y un poder bactericida excepcionales, siendo capaz de luchar con éxito contra las más variadas bacterias, con resultados realmente asombrosos. Es obvio que con la llegada de la penicilina y otros antibióticos en el siglo XX, las propiedades médicas de la miel pasaron a segundo plano.
Pero esto está por cambiar precisamente con la investigación de la miel de Manuka. El trabajo principal sobre este tipo de miel fue realizado por el bioquímico Peter Nolan y la Unidad de Investigación de la Miel de la Universidad de Waikato, de Nueva Zelanda y sus trabajos han identificado a este tipo de miel en particular por sus extraordinarias cualidades curativas.
El Profesor Nolan ha demostrado que la miel de las flores del arbusto de Manuka tiene más propiedades antibacterianas que cualquier otro tipo de miel. Como ya mencionamos, todas las mieles tienen, en diferentes niveles, peróxido de hidrógeno, producto de una enzima que las abejas agregan al néctar, pero en la miel de Manuka hay algo más aparte del peróxido de hidrógeno. Y nunca se ha encontrado algo así en ninguna otra parte del mundo.
Ese “algo más” ha resultado ser muy difícil de detectar. Incluso ahora, tras 20 años de investigación, el Profesor Nolan admite que aún no tiene una idea exacta de qué se trata, pero ya le puso un nombre: factor único del Manuka (UMF). Además, ha encontrado una forma de medir su eficacia antibacteriana, al comparar la miel de Manuka con antisépticos estándar (ácido carbólico o fenol) y su capacidad de combatir bacterias. Los resultados son sorprendentes.
La miel de Manuka tiene un espectro de acción muy amplio. Abarca bacterias, hongos y protozoarios, entre otros. No se ha logrado encontrar ningún organismo infeccioso en el que no funcione. Eso incluye cepas resistentes a los antibióticos del estafilococo áureo, que es igualmente sensible a la miel, que otras cepas del mismo germen. Y en el caso que nos ocupa, la miel de Manuka elimina la Helicobacter Piloris en los tubos de ensayo.
Tomar dos o tres cucharaditas de miel por día contribuyen a que el organismo se deshaga de la bacteria y reduce el riesgo de una nueva infección. Para que los resultados sean los deseados, hay que elegir una marca que tenga en la etiqueta una graduación como mínimo de UMF 10. La miel de Manuka actúa en procesos como puede ser una hernia de hiato, una gastritis, un reflujo o una acidez estomacal, también con éxito. Una simple cucharadita cuando se notan estos síntomas, los amortigua y los hace desaparecer. Finalmente no podemos dejar de mencionar el poder curativo de la miel de Manuka no solo en la lucha contra la temida Helicobacter Piloris, sino en el tratamiento de infecciones provocadas por quemaduras, heridas o escaras donde los antibióticos, muchas veces, han fracasado.
Miel de Manuka, la vencedora de la Úlcera de estómago.
Es un hecho cierto y notable, que las mieles toman las propiedades de las flores
donde las abejas van a libar el néctar y así, por ejemplo, una infusión de
azahar es relajante y en consecuencia la miel de azahar, es recomendada a
personas en exceso nerviosas.
En España, hay infinidad de mieles de gran
calidad, pero es fácil suponer, que en distintas partes del mundo habrá, con
toda posibilidad floras diferentes a la nuestra y en consecuencia mieles con
características desconocidas. Esto es exactamente lo que pasa con la miel de Manuka
sobre la que nos vamos a ocupar en estas líneas.
Pues bien, en nuestras antípodas y
concretamente en una región de Nueva Zelanda llamada Cabo del Este, rodeada por
colinas de difícil acceso y famosa por su salvaje belleza, existe un valle
cuyas tierras de cultivo no han conocido aun ningún
tipo de fertilizante, a la que se conoce por el nombre de valle de Manuka
debido a la gran cantidad de árboles de esta especie, que cubren a lo largo y a
lo ancho toda su superficie.
El árbol de Manuka, cuyo nombre en latín es
el de Leptorpesmum Scoparium, y principalmente sus flores de color blanco y de
gran belleza, ha sido ampliamente empleado por las tribus maoríes desde la más
remota antigüedad, por sus cualidades terapéuticas y principalmente porque la
miel obtenida por las abejas que libaban sus flores conservaba estas
cualidades, aumentadas al combinarse el polen con la enzima glucosa oxidasa,
producida por las glándulas hipo
faríngeas de las abejas, dando origen a una sencilla reacción química:
Glucosa oxidasa + H2O + O2 Acido glucónico
+ H2O2
El peróxido de hidrógeno producido según
la reacción anterior, contenido en cualquier tipo de miel, tiene el objeto de
preservarla durante su almacenamiento contra las bacterias y es de
extraordinaria importancia ya que le confiere sus propiedades curativas
independiente de la flor que proceda. Al efecto antibactericida que este peróxido
de hidrógeno posee, se le conoce como actividad peróxido
antibacteriana de la miel y es el responsable de la inhibición en el
crecimiento de bacterias tales como el staphilococus aureus, que resiste
numerosos antibióticos y es el responsable de numerosas asepsias en hospitales.
Desgraciadamente la actividad peróxido bacteriana de cualquier miel esta limitada por varios factores y pierde rápidamente actividad por la acción del calor y especialmente por la enzima catalasa contenida en nuestros tejidos. ¿Qué es lo que aporta pues en el campo de la medicina natural la miel de Manuka?
La
respuesta es sencilla. La miel de Manuka no sólo tiene la actividad peróxido
antibacteriana de cualquier miel normal, si no que es la única miel que
contiene un elemento denominado UMF (Unique Manuka Factor) y que en realidad lo
que define es la
ACTIVIDAD NO PEROXIDO
ANTIBACTERIANA, que le confiere propiedades únicas
y extraordinarias.
El
grado UMF define así la mayor o menor potencia antibacteriana de la miel de
Manuka, no procedente del peroxido de hidrógeno, y se basa en la comparación de resultados con el fenol. Se dice
así que una
miel de Manuka tiene, por ejemplo, un factor de UMA 10, si tiene el mismo
efecto frente a distintos tipos de bacterias que una disolución de fenol al 10%.
Es
un hecho que la úlcera
de estómago,
prácticamente
no existe entre los aborígenes que tomaban regularmente la miel de Manuka, sin
que hubiese razones lógicas para ello.
Ha sido recientemente, cuando al descubrirse que las dispepsias y la ulcera péptica
eran producidas por una bacteria Helicobacter Piloris cuando se tuvo la
certeza que el factor UMF actuaba inhibiendo su crecimiento. Numerosas pruebas
de laboratorios y estudios adicionales demostraron este hecho y tampoco se
trata de publicar aquí estos resultados teóricos de los que también hay
abundante bibliografía. Basta con saber que simplemente desayunando con dos
cucharadas de miel de Manuka extendidas sobre una rodaja de pan o sobre un plátano,
(es necesario un tiempo de estancia de estancia en el aparato digestivo) es un
tratamiento excelente contra estas enfermedades, lográndose resultados en
muchos casos a corto plazo increíblemente asombrosos, paliando la enfermedad e
incluso llegando a hacer desaparecer totalmente a la bacteria y
consecuentemente la úlcera de estómago.
En otras palabras, la costosa combinación
de antibióticos, con los que la medicina académica trata la ulcera de estómago
y que sin duda es muy efectiva, aunque con efectos secundarios, puede ser
sustituida con éxito por un simple complementos dietético: la miel de Manuka
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