Las enzimas son catalizadores de las reacciones necesarias para transformar los hidratos de carbono, grasas y proteínas en sus principios inmediatos: glucosa, ácidos grasos y aminoácidos.
Estos principios inmediatos son los elementos que realmente atravesarán la pared intestinal.
Las enzimas que nos interesan en este caso son las enmarcadas en la categoría de hidrolíticas, denominadas así porque hidrolizan enlaces pépticos, estéricos y glucosídicos.
Enzimas hidrolíticas
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Lipasas, para desintegrar las grasas.
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Proteasas, para desintegrar proteínas.
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Amilasas, para desintegrar almidones.
Características generales:
Las enzimas favorecen la no proliferación de antígenos causantes de intolerancias y alergias alimenticias.
Mejoran el transporte de nutrientes a los vasos sanguíneos y vasos linfáticos.
Cada enzima trabaja en un grado de acidez (pH)
Mejoran la función general del estómago para asegurar la capacidad para descomponer los hidratos,
grasas y proteínas.
Mejoran la acción de las amilasas del páncreas, facilitando la absorción de los hidratos de carbono.
Mejoran la capacidad de acción del hígado y vesícula biliar frente a la emulsión de grasas.
Un incorrecto proceso enzimático digestivo puede ocasionar:
- Malnutrición
- Problemas de desarrollo corporal en niños y adolescentes.
- Afecciones alérgicas
- Desórdenes digestivos
- Gases
- Digestión lenta
- Fatiga
- Lenta curación de heridas
- Hipertrofia de hígado, vesícula biliar y páncreas
- Intolerancia alimenticia, etc.
Un cóctel enzimático de estas características debería contener: extracto de bilis de buey, pancreatina, diastasa, betaína, papaína, extracto de pepsina.
¿Cómo funciona?
Una combinación general de ayuda a la digestión de proteínas, hidratos de carbono y grasas deberá contener un equipo de enzimas que apoyen la descomposición de los tres grupos de alimentos:
- Pancreatina, la presencia de esta enzima tiene como función el páncreas, favoreciendo la secreción de jugos pancreáticos.
El páncreas es la principal glándula del intestino. El jugo pancreático se dirige al intestino delgado, el cual contiene enzimas para metabolizar proteínas, almidones, grasas, ácidos nucleicos, vitaminas liposolubles.
La pancreatina puede estar en diferentes presentaciones, una forma eficaz será como extracto pulverizado de Pancreatina (x4), esto quiere decir cuádruple potencia aportando en su totalidad una equivalencia de 520 mg.
La procedencia de esta enzima es de páncreas desecado y desgrasado de cerdo.
- El extracto pulverizado de bilis de buey confiere al conjunto una ayuda a la digestión de la grasa y absorción de vitaminas liposolubles, estimulando el flujo de la bilis por el hígado.
Los alimentos que promueven la expulsión de bilis al duodeno son, en primer lugar, las grasas y en segundo lugar las proteínas.
La bilis de buey colabora a combatir el estreñimiento, mejorando el funcionamiento de la vesícula biliar y favoreciendo la estimulación de bilis hepática.
-Diastasa, procedente de
Aspergillus Oryzae, es decir, de origen fúngico. Esta enzima favorece la digestión de carbohidratos y almidones. Son catalizadoras de la hidrólisis del almidón.
El almidón es la principal reserva de energía de los cereales y raíces vegetales, está formado por largas cadenas de glucosa.
- Betaína HCI: un contenido de 65 mg de betaína es el equivalente a 2,2 gotas de ácido hidroclorhídrico.
La betaína es específica cuando hay una falta de ácido clorhídrico. La función de la betaína es aumentar la acidez (pH) del medio gástrico.
Estimula la producción de pepsina, enzima específica en la digestión proteica.
Otra enzima importante es la papaína, enzima proteolítica similar a la pepsina (presente en el jugo gástrico).
Actúa en desórdenes como la gastritis, hernia de hiato y acidez ya que neutraliza el exceso.
Aporta una acción suavizante y antiséptica digestiva. Esta enzima actúa también sobre los almidones favoreciendo la función pancreática y el gluten (especialmente importante en la enfermedad celíaca).
- Extracto de pepsina: presentado como extracto concentrado, cada 30 mg de extracto equivale a 100 mg de pepsina.
La pepsina es una enzima específica en la digestión de proteínas.
La producción de pepsina se produce en el estómago donde se "fabrica" jugo gástrico. La actividad de la pepsina necesita, para un correcto funcionamiento frente a la descomposición de la proteína, de un adecuado medio ácido estomacal.
En situaciones digestivas tales como intestino irritable, el músculo liso del tracto intestinal sufre espasmos. La menta (
Mentha piperita) puede impedir las contracciones involuntarias asociadas a estos espasmos intestinales y a la vez favorecer la estimulación gástrica en general. Además la menta tiene, tradicionalmente, conocidas acciones carminativas, ayudando a la eliminación de gases intestinales.
Según las investigaciones parece ser que esta propiedad es debida a la relajación ejercida sobre el esfínter esofágico.
La faceta estimulante gástrica es importante ya que permite que las enzimas que actúan en el estómago puedan contar con una presencia de jugo gástrico lo más adecuado posible y una secreción de moco protector deseable.
Recordemos que a partir de la estimulación gástrica se promueve la secreción de ácido clorhídrico y la producción de pepsina.
En resumen, las enzimas digestivas activas (para la descomposición de alimentos de proteína, grasa e hidratos de carbono) pueden ser absolutamente necesarias en la dieta actual donde se combinan diferentes factores "enemigos" de la digestión adecuada.
El estrés, envejecimiento, mala alimentación, consumo de bebidas carbonatadas, conservantes, aditivos, colorantes, utilización de medicamentos, etc..., pueden provocar un desorden digestivo importante que induce, en ocasiones, a intolerancias, alergias, úlceras, molestias digestivas, etc...
Información cedida por "Solgar"
La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.