La piel es nuestro órgano más grande. Si la piel de una persona adulta fuera estirada, ocuparía alrededor de 1.7 metros cuadrados y pesaría unos cuatro kilos. La piel cubre y protege todos nuestros órganos internos.
Por su parte, uñas y cabello son un tipo modificado de piel y su función no es meramente estética, sino protectora. Por eso es necesario cuidarlos, ya que un cabello bonito y lustroso y unas uñas fuertes nos indican un buen estado de salud. Por el contrario, el estrés, la mala alimentación y la acidificación del intestino entre otros factores se puede reflejar en nuestro cabello, piel y uñas.
Existen nutrientes específicos para recuperar la vitalidad de nuestro cabello, piel y uñas compuestos por vitaminas del tipo B, que juegan un importante papel en la producción de queratina y contribuyen a la regeneración dérmica y capilar. Si a este complejo B le añadimos un aporte extra de zinc ayudaremos a que nuestro organismo genere y fije la cantidad que necesita.
Otro papel importante lo juegan los aminoácidos esenciales, que nos ayudan a reparar, proteger y dar tono a nuestro cabello, piel y uñas.
Por otro lado el ácido hialurónico también es una pieza clave, ya que está presente en altas concentraciones en nuestros cartílagos, articulaciones y piel. Degradamos un tercio diariamente, por eso en necesario garantizar el aporte extra de esta sustancia para cualquier cuidado que le demos a
nuestra piel. En definitiva, un cabello y una piel bonita nos indican un buen estado de salud.
La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.
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