Este párrafo fue escrito en México por el escritor, poeta, ensayista y diplomático Octavio Paz unos meses antes de que inauguráramos Hierbabuena. Premiado en 1990 con el Nobel de Literatura, reflexiona sobre un tema que, lamentablemente, aún sigue vigente hoy en día (quizá más que nunca). Coincidiendo con nuestro vigésimo primer aniversario, queremos recordarla de nuevo, y compartirla con vosotros.
<< Hace unos pocos años el SIDA apareció de improviso entre nosotros, con la misma silenciosa alevosía con que se presentó antes la sífilis. Pero hoy estamos menos preparados para enfrentarnos a esa enfermedad que hace cinco siglos. En primer lugar, por nuestra fe en la medicina moderna, una fe que linda con la credulidad supersticiosa; en segundo, porque nuestras defensas morales y psicológicas se han debilitado.
A medida que la técnica domina a la Naturaleza y nos separa de ella, crece nuestra indefensión ante sus ataques. Era una diosa donadora, como todas las grandes divinidades, de vida y de muerte; hoy es un conjunto de fuerzas, un depósito de energía que podemos dominar, canalizar y explotar. Dejamos de temerla y creímos que era nuestra servidora. De pronto, sin aviso, nos muestra su otro rostro, el de la muerte. Tenemos que aprender, otra vez, a mirar a la Naturaleza. Esto implica un cambio radical en nuestras actitudes.
[...] Creíamos que éramos los dueños de la tierra y los señores de la Naturaleza.
Para recobrar la fortaleza espiritual debemos antes recobrar la humildad>>
Fragmento del libro " La llama doble" de Octavio Paz editado en España por Galaxia Gutenberg en 1993. Publicado sin autorización del dueño del copyright.
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