Conseguir que nuestro entorno sea un lugar sostenible no es fácil, pero tampoco constituye una quimera. La sostenibilidad de las ciudades es una tarea en la que ya se involucran sociedades y organismos oficiales, pero queda mucho camino por recorrer.
La geotermia, la energía solar y la energía eólica son pilares esenciales para construir ciudades ecosostenibles. La utilización de estos recursos naturales, unidos a la recuperación y el reciclaje, constituyen el camino a seguir.
Mediante la geotermia podemos cubrir la mayoría de las necesidades energéticas del hogar, y por ende, el de muchos espacios urbanos. Sirva como ejemplo su aplicación en parques, terrazas y espacios exteriores en las que, en épocas de frío, se precisa de energía calórica artificial para su aprovechamiento.
Este método aprovecha el calor del subsuelo para conseguir una perfecta climatización (equilibrio entre calor y frío) y agua caliente sanitaria para uso residencial.
La geotermia es rentable económicamente a medio y largo plazo y es una de las energía renovables más sostenibles desde el punto de vista medioambiental. Por ello se plantea cada vez más su implantación y utilización en la construcción de nuevas edificaciones y entornos urbanísticos.
Estos métodos de obtención de energía limpia y barata ayudarían además a reducir la dependencia energética de España, Según los expertos, utilizando todos estos métodos se podría lograr que en 2020 todos los edificios de nueva construcción tuvieran una huella energética cero.
Ni qué decir tiene que el gasto de la factura en los hogares se podría reducir hasta casi un 50%
Huertos Urbanos: espacios verdes en nuestras casas
A todo el mundo le gusta consumir productos ecológicos, pero la realidad es diferente debido a los precios en los que se mueven estos alimentos. La mayoría de los ciudadanos no se pueden permitir estos pequeños lujos y la única opción, si se quiere comer sano, es la de obtener esos productos mediante una huerta urbana.
Como primer contacto con este tipo de huertas se puede plantear el crear una pequeña huerta en los propios maceteros de casa, en azoteas o terrazas. Si este espacio recibe la suficiente luz y el riego adecuado podremos conseguir nuestro objetivo sin demasiado esfuerzo. Si se tiene un pequeño jardín la mejor opción es la de plantar frutas y verduras.
Si el espacio es reducido se pueden plantar pequeñas plantas como tomates, cebollas o lechugas, entre otras, para consumo diario.
En algunas ciudades como Nueva York se empiezan a utilizar las azoteas de los grandes edificios para plantar verdaderos huertos urbanos.
Estos son una manera sustentable y eficaz de producir nuestras propias plantas y vegetales de autoconsumo, ya sean éstas plantas medicinales, ornamentales, hortalizas, aromáticas o frutales. Las ventajas de este tipo de soluciones las tenemos en que nos convertimos en agricultores caseros, tenemos un mayor contacto con la naturaleza, reciclamos más y mejor, reutilizamos envases, reducimos el consumo y llevamos una forma de vida mucho más sustentable.
Los huertos urbanos requieren una manutención muy básica a la vez que constituyen parte de la decoración en nuestro hábitat. Asimismo, este tipo de huertos nos permiten tener a mano aquellas plantas que más nos agradan y no podemos encontrar con facilidad.
Evitamos el consumo de alimentos cuya procedencia es dudosa o que han sido tratados con productos químicos nada recomendables para nuestra salud.
Podemos diseñar nuestro propio huerto de diferentes maneras, tanto por la situación (huerto vertical en paredes y columnas), como por su sistema de riego (regadera, por goteo, hipodrónico, exudación, etc...).
En definitiva, tener un huerto urbano supone disfrutar de una forma alternativa de tu entorno más próximo, apostando por una vida sustentable, reduciendo el consumo de materias primas y ahorrando en costes.
Espacios verdes en la ciudad
Vitoria-Gasteiz |
Las cotas de contaminación que están alcanzando las ciudades hacen que nos replanteemos cada vez más la vuelta a la vida en el campo, pero como para la mayoría de la población, esa opción no es posible. La alternativa más accesible es la de construir espacios verdes en la propia ciudad.
Debemos llevar a cabo un desarrollo armónico entre diseño urbanístico, diseño inmobiliario y diseño paisajístico de forma totalmente sostenible.
El ecodiseño se encarga de ello convirtiendo parques y jardines en plantas generadoras de energía y así poder autogestionarse con el menor gasto de recursos posible.
Por ejemplo, una estratégica colocación de los árboles que se plantan podrían abastecer de sombra a fachadas de locales y casas que, de no ser así, necesitarían aumentar la potencia de sus acondicionadores de temperatura en verano.
Nantes, Capital Verde Europea 2013 |
Estudiar el entorno, sus características y necesidades hace que podamos reducir emisiones de CO2, ahorrar gastos en riegos o evitar que jardines se sequen. No genera el mismo gasto de mantenimiento el diseñar un espacio verde en una zona sombría que en una zona soleada. El gasto de agua para su riego podría llegar a triplicarse si hablamos de una zona de pocas precipitaciones y altas temperaturas.
Una estratégica localización para la plantación de muros naturales con árboles y plantas voluminosas podría reducir igualmente la contaminación acústica de zonas con mucho ruido.
De esta forma además se reducirían los niveles contaminantes de gases producidos por el tráfico de la zona.
Tener en cuenta el tipo de vegetación que puede ser plantada en una determinada ciudad es esencial para evitar que esta muera rápidamente y genere un gasto extra al tener que replantarla. Planificar un diseño basado en plantas autóctonas o de escaso riego repercute positivamente en la reducción del gasto en su mantenimiento.
Nantes |
Hay que concienciar en este tema a los arquitectos de espacios urbanos para que tengan más en cuenta este tipo de aspecto y no piensen únicamente en la estética pura de sus diseños.
La calidad del aire, el ruido ambiental, la erosión o los espacios naturales para la fauna urbana constituyen también aspectos esenciales a la hora de desarrollar un correcto diseño urbanístico sostenible, y para ello es requisito imprescindible la plantación de árboles en nuestro entorno:
- Los árboles ayudan a mejorar la calidad el aire refrescándolo y limpiándolo.
- Son una buena inversión para atenuar el efecto invernadero. Contribuyen a la formación de microclimas urbanos disminuyendo los niveles de anhídrido carbónico (CO2), monóxido de carbono (CO) y anhídrido sulfuroso (SO2). Mientras que el ser humano consume entre 500 y 600 gramos de oxígeno al día, un solo árbol urbano adulto y frondoso puede producir esa cantidad en poco más de 20 minutos.
- Los árboles ayudan a conservar el suelo, mejorando las propiedades físicas, químicas y microbiológicas.
- Las zonas verdes desempeñan un papel esencial en la biodiversidad urbana. Gran parte de los árboles representan una fuente de alimento para la fauna urbana.
Cómo mejorar las condiciones ambientales de las áreas verdes urbanas
- La arborización debe centrarse es la buena planificación ambiental, no en el simple diseño con fines decorativos. Deben seleccionarse las especies más duraderas y no utilizar especies, que aunque tienen un crecimiento rápido, son de vida muy corta o de regadío abundante.
- Deben evitarse especies que desarrollen grandes raíces que estropean el pavimento, o que manchen con sus hojas o frutos las aceras que luego deben ser limpiadas a menudo.
- Se debe sembrar árboles semidesarrollados y bien arraigados a la tierra para evitar el vandalismo que sufren los de corta edad por su fragilidad.
- Siempre que sea posible se debe optar por árboles de hoja perenne, sobre todo para aprovechar la sombra en todas las épocas del año.
- Es primordial realizar campañas de concienciación ambiental, gestionadas a través de jornadas de arborización, conservación y cuidado de los espacios verdes
Fernando Bejar
Fundador y Director de www.redcicla.com
Fundador y Director de www.redcicla.com
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