La fibra ideal para mantener la regularidad y reequilibrar la flora intestinal
La fibra alimentaria
La definición de fibra alimentaria es simple: se trata de los componentes vegetales de la dieta que son resistentes a nuestras secreciones digestivas y que, por tanto, no podemos digerir.
Principalmente está constituida por componentes de las paredes vegetales como celulosa, hemicelulosa, pectina y lignina, pero también incluye otros polisacáridos como gomas, mucílagos y celulosas modificadas.
Dentro de la fibra dietética, podemos encontrar dos categorías:
- La fibra insoluble, que por su estructura y empaquetamiento tiene muy poca capacidad de hidratación e hinchamiento.
- La fibra soluble, que sí puede hidratarse e incrementar su volumen.
¿Qué son los Fructo-oligosacáridos?
Los fructo-oligosacáridos (FOS), son un tipo de fibra soluble que se encuentra de forma natural en algunos alimentos como cebollas o ajos. Sin embargo, la ingesta dietética de FOS suele ser bastante baja, con un consumo medio de 2-3g diarios.
A nivel bioquímico, los FOS, están formados por cadenas cortas (menos de 10 unidades) de fructosa, unidas por enlaces no digeribles por nuestro sistema digestivo. Se trata de un tipo de fibra que se disuelve muy bien en agua y, a diferencia de otros laxantes, su efecto sobre el sistema digestivo se debe a la sinergia de su efecto prebiótico (estimula el crecimiento de la flora intestinal beneficiosa) y de su efecto osmótico (capta agua e incrementa su volumen), por lo que tiene un efecto mucho más suave y amplio que otros tipos de fibras.
1. Efecto prebiótico
Los FOS no se digieren en el tracto digestivo pero sí que pueden ser utilizados por las bacterias intestinales beneficiosas como alimento, incrementando así su crecimiento. Las investigaciones han mostrado que el consumo de FOS durante sólo 2 semanas puede incrementar "x10" el número de Bifidobacterias y "x3" el número de Lactobacilos intestinales, desplazando de este modo a bacterias perjudiciales potencialmente patógenas como Clostridios o Shigella, relacionadas con enfermedad inflamatoria intestinal y molestias digestivas como flatulencia y diarrea.
Las bacterias beneficiosas degradan los FOS y forman ácidos grasos de cadena corta (ácidos acético, butírico y propiónico principalmente) que disminuyen ligeramente el pH intestinal, lo que estimula la peristalsis intestinal. Estos ácidos grasos de cadena corta también tienen un efecto protector sobre la mucosa intestinal y ayudan a revertir la excesiva permeabilidad asociada a alergias alimentarias y enfermedad inflamatoria intestinal.
Además, esta disminución de pH favorece también una mayor solubilidad y absorción de minerales, especialmente de calcio y magnesio.
2. Efecto osmótico
Los FOS son capaces de captar agua y aumentar su volumen. Este aumento en el tamaño y la hidratación de la materia fecal estimula la peristalsis y facilita el tránsito intestinal.
Una mayor suavidad en el tránsito intestinal es muy importante en el caso de enfermedad inflamatoria intestinal o de alergías alimentarias para evitar al máximo cualquier irritación debida al paso de las heces.
3. Otros beneficios
- Disminución de niveles de colesterol: los FOS reducen la reabsorción intestinal del colesterol, aumentando su excreción. También pueden, por medio del incremento de los ácidos grasos de cadena corta, inhibir la síntesis hepática de colesterol.
- Disminución de toxinas/cáncer: los FOS facilitan la eliminación de sustancias tóxicas como amoníaco, compuestos aminados e indol, disminuyendo su reabsorción y su biotransformación. Por ello favorecen los programas de detoxificación y previenen la aparición de cáncer intestinal.
Pinchar en la imagen para una mejor lectura. |
Ventajas de los FOS
Los FOS presentan un efecto mucho más completo que otras fibras como las insolubles que, si bien pueden actuar sobre el estreñimiento no tienen un efecto significativo sobre la flora intestinal beneficiosa, pueden dificultar la absorción de nutrientes e incluso irritar la mucosa intestinal con un uso prolongado.
Este efecto irritante es aún mucho más marcado en los ampliamente extendidos laxantes hidroxiantracénicos com la hoja de sen, la cáscara sagrada o la corteza de frángula, cuyo uso prolongado puede incluso provocar dependencia.
Frente a este tipo de sustancias, los FOS se muestran efectivos no sólo como laxantes sino como reguladores instestinales en un sentido mucho más amplio, siendo seguros para un uso prolongado al no ser irritantes, no tener efectos secundarios ni causar habituación.
Los pueden tomar con total seguridad niños, embarazadas, lactantes y diabéticos (a pesar de su dulce sabor).
Indicaciones de los FOS
- Estreñimiento / Irregularidad intestinal.
- Enfermedad inflamatoria intestinal.
- Alergias alimentarias.
- Disbiosis (alteraciones de flora intestinal)
- Mayor absorción de minerales / Incremento de densidad ósea.
- Disminución de niveles de colesterol.
- Disminución de toxinas / Prevención de cáncer.
Dosis y fuentes de FOS
En adultos, 5g de FOS diarios han demostrado su eficacia como prebiótico y dosis más altas de 15 a 20g son altamente efectivas en estreñimiento. En niños, de forma general, se puede utilizar la mitad de estas dosis.
Por supuesto, los FOS puede tomarse de forma simultánea junto con probióticos (bacterias intestinales beneficiosas vivas) para acelerar el reequilibrio de la flora intestinal. Al inicio de su administración, los FOS pueden causar una cierta flatulencia.
Esto es un síntoma positivo de que los FOS están siendo utilizados por las bacterias beneficiosas del intestino. Los síntomas desaparecerán en poco días, cuando las bacterias beneficiosas se desarrollen y absorban las gases.
Dividir la ingesta diaria en dos o tres tomas, una de ellas antes de irse a dormir ayudará a reducir la flatulencia.
Es preferible utilizar FOS extraídos de forma natural de la raíz de la achicoria. Las versiones obtenidas por procesos sintéticos, normalmente a partir de la remolocha azucarera, no ofrecen los mismos beneficios para la salud.
La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud .