LA IMPORTANCIA DEL HÍGADO
El hígado es el principal órgano de eliminación de toxinas del organismo. Cada minuto más de 1 litro de sangra pasa a través de él para ser limpiada de toxinas, mediante dos fases diferenciadas, la fase 1 y la fase 2.
La fase 1 es la primera defensa frente a las toxinas y la realizan las enzimas del citocromo P450 (unas 100 enzimas). Transforman las toxinas insolubles en compuestos más solubles aunque, en ocasiones, más tóxicos. Esta fase genera una gran cantidad de radicales libres que pueden dañar los tejidos hepáticos, afectando a su funcionalidad..
La fase 2 permite la formación de moléculas más facilmente excretables, mediante 6 vías enzimáticas que buscan unir una pequeña molécula a la sustancia tóxica para aumentar su solubilidad y facilitar su excreción que, según su tamaño, será vía bilis y heces (para sustancias de alto peso molecular) o vía sangre y riñones (para sustancias más pequeñas).
La fase 2 es preferible a la 1, ya que no aumenta momentáneamente la toxicidad de estos compuestos, por lo que protege a células y tejidos hepáticos.
Además, de para este papel de limpieza, el hígado es necesario para funciones vitales como: metabolismo de carbohidratos, producción de bilis, síntesis de proteinas como la albúmina, metabolismo lipídico, síntesis de factores de coagulación o almacenamiento de algunas sustancias (glucógeno, hierro, B12...).
CARDO MARIANO Y SILIMARINA
Existen muchas plantas con actividad hepatoprotectora como la alcachofa o el boldo pero, de todas ellas, la planta que ha demostrado una mayor capacidad de protección hepática es el cardo mariano. Su utilización en casos de intoxicación por la seta venenosa Amanita phalloides debería bastar para hacernos una idea de sus potentes efectos.
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La silimarina es el principio activo más importante del cardo mariano y la responsable de sus principales efectos corporales.
Se trata de una mezcla de flavanolignanos, entre los que destacan 3 de ellos: la silibina, la silicristina y la silidianina. Las semillas (y en especial el tegumento) es la parte de la planta con mayor concentración de silimarina.
¿Por qué la silimarina mejora la actividad hepática?
La silimarina es capaz de proteger a la célula hepática, mediante diversos mecanismos:
1. Modifica la estructura del hepatocito, dificultando la penetración de los tóxicos dentro de las células.
2. Es capaz de estimular la regeneración de las células hepáticas dañadas y favorecer la producción de nuevas células. Esta acción se relaciona con una aumento de la polimerasa A y el subsiguiente aumento de la síntesis de proteínas en el hepatocito.
3. Tiene un potente efecto antioxidante e incrementa los niveles de glutationa (GSH) en los hepatocitos en hasta un 35%. Con todo ello protege del daño oxidativo causado por la fase 1 y favorece la eliminación de toxinas mediante la fase 2, menos tóxica para la célula hepática.
4. Aumenta la producción y la liberación de bilis que, además de participar en la emulsión y digestión de las grasas, también sirve para eliminar toxinas solubles en grasa que serán expulsadas posteriormente mediante las heces.
Por todo ello, la silimarina mejora la capacidad de eliminar toxinas por parte del hígado, a la vez que lo protege, lo regenera y favorece todas sus funciones en general.
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Dosis recomendada
Se recomienda extractos de cardo mariano que aporten cantidades diarias de 200-400 mg de silimarina, ya que son los niveles que se han mostrado efectivos en los distintos estudios realizados.
La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.
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