Durante el invierno, cuando una
gran parte de la energía de las plantas está en las raíces, hervir algunas de
ellas puede ser útil para las raíces de los hombres. Muchas raíces de hierbas
son limpiadores del cuerpo y la sangre y fortalecedoras de sistemas
específicos. Por ejemplo, la raíz de bardana es buena para los pulmones, la
sangre y la piel; la raíz de consuelda ayuda a los pulmones y a los
revestimientos mucosos, produciendo un efecto tónico especialmente en las
paredes intestinales, incrementando el potencial de asimilación de los
elementos nutritivos, proceso éste que es de singular importancia para su
bienestar. No somos necesariamente lo que comemos; es más preciso decir que
somos lo que asimilamos.
En invierno, como en todas las
estaciones, es de vital importancia para la salud el equilibrio de las entradas
y salidas de energía, en forma de alimentos, sentimientos y trabajo. Necesitamos
un descanso adecuado, y dormir, relajarnos, jugar, equilibrar la actividad, la
tensión y el trabajo de nuestra vida. También es importante para permanecer
saludable crear y mantener la limpieza, tanto en el interior como en el exterior.
La llegada de cada nueva estación
produce tensión y cambio, y en esos momentos se tienen más probabilidades de
enfermar; pero la enfermedad misma proporciona la oportunidad de evaluar de
nuevo su vida. Sin embargo, si lo hace así voluntariamente, y cambia de acuerdo
con la nueva estación, puede prevenir la enfermedad. El invierno es un período
importante para sentir que sus cambios interiores están entretejidos con la
danza de su existencia.
En esta estación, la raíz de
malvavisco ( Althaea officinalis)
resulta particularmente útil para aliviar las irritaciones o inflamaciones de
riñón y vejiga. Esta raíz, hecha en infusión y tomada internamente, actúa como
diurético, incrementando el flujo de orina, y como demulcente-emoliente, lo que
significa que alivia y suaviza los tejidos corporales. Puede utilizarse
medicinalmente como emplasto para curar y mitigar las llagas inflamadas. Se
puede utilizar también interna y externamente para la inflamación de las
membranas mucosas, especialmente de la vejiga, zonas vaginales y recto, o para
los intestinos inflamados. También resulta útil para las dolencias de garganta,
pulmones y bronquios.
En invierno puede necesitar
hierbas que den calor a su cuerpo; el pimentón, por ejemplo, es un buen
estimulante natural tanto en invierno como en verano. La raíz de jengibre (Zingiber officinale) es otro buen
calorífico, pues ayuda a la circulación y aumenta la fuerza del elemento fuego.
Se hierve a fuego lento durante 15-20 minutos para hacer una infusión, o se
utiliza cociéndola. Es un tónico estimulante del estómago, incrementa la
secreción gástrica y ayuda a la digestión. Alivia los gases intestinales, por
lo que es útil para los calambres digestivos y dolores abdominales, y es también
un remedio de la diarrea. Como infusión y como compresa, se ha utilizado
popularmente para los catarros y la bronquitis, y para la amenorrea
(menstruación suprimida). Cuando se bebe muy caliente facilita el sudor, que
suele ser útil para las fiebres y catarros.
Otras hierbas para la vejiga y el
riñón son una baya, una semilla y una hoja: las bajas de enebro, las semillas
de lino y las hojas de ortiga. El enebro (Juniperus
communis) actúa como carminativo (alivia el gas intestinal) y como
diurético, además de ser útil para las enfermedades vaginales y venéreas. Es
buena en combinación con otras hierbas diuréticas como la “uva ursi” (gayuba).
Las bayas de enebro se utilizan como preventivo de la enfermedad cuando se ha
estado expuesto a ella o cuando la resistencia es muy baja. Las bayas, masticadas o tomadas en
infusión, se pueden utilizar diariamente cuando se viaja `para aumentar la
resistencia.
Las semillas del lino (Linum usitatissimun), hervidas a fuego
lento y tomadas en infusión, son útiles para las mucosas inflamadas y en los
problemas de los órganos urinarios, pues suaviza y limpia los riñones y la
vejiga.
Moliéndolas y mezclándolas con agua se puede hacer un buen emplasto
para poner sobre las inflamaciones locales y forúnculos.
Las hojas de ortiga (Urtica dioica) se comen, se beben en
infusión o se utilizan en un champú para los cabellos o loción para la piel. Es
diurética, tónica y astringente y se considera una hierba excelente para los
problemas renales, dolores de espalda o problemas uterinos. Puede utilizarla
como tónico renal y como reconstituyente de la fuerza y la energía cuando se
bebe en infusión.
Las hojas jóvenes, ligeramente
vaporizadas y comidas, contienen mucho hierro, actúan como purificador de la
sangre y pueden ayudar a la reducción de
peso. La planta produce una suave reacción de picazón y enrojecimiento cuando
se utiliza externamente, acción ésta que es útil para los dolores reumáticos.
Para los problemas de riñón y
vejiga, puede utilizar en combinación algunas de las hierbas mencionadas. Para
las infecciones de vejiga, beba mucha infusión hecha con raíz de malvavisco,
bayas de enebro y menta. Una combinación agradable para el invierno es la
infusión de raíz de jengibre, semillas de lino o fenogreco y ortiga. La
infusión de semillas de fenogreco constituye un buen tónico para los riñones y
las glándulas suprarrenales.
Para hacer las mejores infusiones
hay que dar a cada hierba su lugar en la totalidad. Cada hierba da su mejor
esencia a la mezcla del modo siguiente:
- Raíces duras (bardana, consuelda): hervir 20-30 minutos
- Raíces blandas (regaliz, malvavisco, jengibre): hervir 10-15 minutos
- Cortezas (canela,..): hervir 10-20 minutos
- Semillas o bayas (hinojo, fenogreco, anís, enebro): 5-10 minutos
- Hojas (menta, romero, ortiga): ¡no hervir nunca! Verter agua hirviendo por encima. reposar 20 minutos.
- Flores (hibisco, manzanilla): ¡No cocer! Añadir agua hirviendo y dejar reposar 10-20 minutos.
Fragmento extraído del libro “la Salud y las estaciones “ del Dr. Elson M. Haas publicado por la editorial Edaf
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