Reacciones exageradas de nuestro sistema inmune
Polen, metales, el pelo de los animales e incluso alimentos son algunos de los elementos aparentemente inofensivos que pueden provocar serios problemas si nuestro organismo los identifica como nocivos. Es, justamente, lo que sucede en los procesos alérgicos. Algunos suplementos nutricionales pueden ayudar a tranquilizar a nuestro sistema inmunitario y aliviar las reacciones alérgicas.
El sistema inmune nos protege de hongos, virus y bacterias, interviene cuando sufrimos accidentes e incluso actúa contra células que podrían convertirse en tumores, pero a su veces su sensibilidad se desboca y reacciona antes sustancias inocuas al identificarlas como peligrosas.
Cuando esto sucede, decimos que se está produciendo una reacción alérgica (al-ergos en griego significa "reacción diferente").
Las consecuencias pueden ser muy variadas: desde trastornos leves, como picores o rojeces de la piel (llegándose a configurar la típica constitución de piel atópica), a alteraciones más molestas, como rinitis, estornudos, escozor de ojos, y en los casos más graves, se pueden llegar a sufrir complicaciones respiratorias e incluso la reacción más extrema: un choque anafiláctico, que muchas veces comporta consecuencias irremediables.
Todo ello, sin contar con las famosas alergias alimentarias, de entre las que destaca, en estos últimos decenios, el aumento de la alergia al gluten.
Los agentes causantes de las alergias pueden ser muchos, y pueden acceder a nuestro organismo por distintas vías:
- Por inhalación: suelen originar alergias los ácaros, el polen, los hongos y la caspa de algunos animales.
- Por ingesta: causan alergias algunos medicamentos y alimentos como los lácteos, el gluten, los frutos secos, los mariscos, las legumbres o los huevos, entre otros.
- Por contacto: los agentes que suelen producir alergia son los metales (níquel), algunas plantas y el látex.
Reacción en cadena
Cuando el organismo de una persona predispuesta entra en contacto con un alérgeno, su sistema inmune lo identifica como un patógeno y lo guarda en la memoria para defenderse de él si vuelve a detectarlo.
Es realmente a partir del segundo contacto cuando se inician las reacciones alérgicas. En ese momento, el sistema inmune se sobreexcita y empieza a liberar inmunoglobulinas de tipo E de un modo exagerado.
Estas moléculas inmunitarias se unen a los mastocitos, un tipo de célula blanca, que comienzan a liberar histamina (un mediador inflamatorio de carácter broncoconstrictor y vasodilatador) descontroladamente.
Estas moléculas a su vez reaccionarán con tejidos y órganos, provocando por lo general reacciones inflamatorias que, en situaciones normales, ayudarían a combatir una infección, pero que al tratarse de una reacción descontrolada acaban produciendo un daño sobre el propio organismo.
Habitualmente, los síntomas de la alergia se manifiestan allá donde haya sido detectado el antígeno. Por ejemplo, si es el contacto con una planta, provocará urticaria en la piel. Pero en algunos casos los síntomas pueden presentarse en órganos más alejados; por ejemplo, reacciones asmáticas ante una alergia alimentaria.
Que te conviene
Sigue una alimentación antiinflamatoria y alcalina
Para ello toma al menos 5 porciones de frutas y verduras de hojas verdes, y hortalizas de colores (tomates, zanahorias, coliflor, etc.), incluyendo también el ajo (ya que su contenido en azufre le otorga propiedades desintoxicantes) y la cebolla (por su riqueza en quercitina).
Estos alimentos te aportarán agua, antioxidantes, vitaminas y minerales. Procura no ingerir harinas refinadas, azúcar, bollería y carnes grasas.
Evita los alimentos muy procesados
Sobre todo de origen industrial, y especialmente aquellos elaborados con conservantes y colorantes artificiales.
Retira de tu dieta la mayoría de los lácteos
El maíz, el trigo, los huevos, los mariscos, los cítricos, el pescado y el chocolate, ya que estos alimentos suelen exacerbar las reacciones alérgicas, así como los sulfitos del vino y el glutamato monosódico presente sobre todo en salsas y sopas precocinadas.
Desintoxica tu organismo
Y recurre a plantas como el boldo, el cardo mariano o el diente de león para mantener sano tu hígado. Un cuerpo sin toxinas es fundamental para que el sistema inmunitario se mantenga relajado.
Sigue una dieta baja en sodio
Y toma proteínas con moderación, ya que pueden alterar el sistema inmune y hacer que éste sea más hipersensible.
Pierde peso si tienes sobrepeso
Se ha visto que quienes logran un peso más normal experimentan una mejoría en su alergia.
Evita el estrés
Técnicas como el yoga y la relajación, ayudan a frenar las reacciones alérgicas.
Evita los alérgenos
Si son volátiles (polen, polvo, ácaros), limpia con aspirador y utiliza humidificadores. Si son alimentos, metales, animales, fármacos, simplemente no entres en contacto con ellos.
¿Se puede prevenir?
Ser alérgico tiene cierto carácter genético, pero se ha confirmado que es posible reducir su aparición, sobre todo actuando en la infancia. De hecho, los bebés amamantados y los niños que no han sido sobreprotegidos de los alérgenos (como los que viven en un medio rural) tienen un sistema inmunitario más fuerte y con menor probabilidad de desarrollar alergias a lo largo de su desarrollo.
Complementos nutricionales recomendados
El origen primario de las alergias es un mal funcionamiento del propio sistema inmunitario y sus consecuencias pueden ser muy diversas en función del órgano al que afecte. Para mejorar los síntomas e incluso ayudar a prevenir su aparición, podemos contar con distintos suplementos que agrupamos según los síntomas alérgicos que ayudan a combatir.
ASMA
DHA y EPA
Estos dos ácidos grasos omega 3 ayudan a regular la producción de prostaglandinas inflamatorias, de este modo reducen la inflamación y previenen el asma. También resultan beneficiosos en otros síntomas alérgicos como eccemas, urticarias, rinitis, etc.
Selenio
Con propiedades antioxidantes, este mineral ayuda a prevenir el asma y a evitar el daño de los tejidos tras la reacción alérgica.
Reishi
Este hongo de origen oriental contiene triterpenoides, que desinflaman y ayudan a calmar las molestias respiratorias como el asma, y ácidos ganodéricos, que contribuyen a reducir la liberación de histaminas, por lo que se consigue que las reacciones alérgicas sean menos fuertes.
Vitamina C
Tomada durante al menos 2 semanas, ayuda a reducir los niveles de histamina (broncoconstrictora y vasodilatadora).
Regaliz
Se usa tradicionalmente para tratar el asma. Sus principios activos (glicirrina) ayudan a neutralizar la inflamación causada por la reacción alérgica.
El grosellero negro (Ribes nigrum)
La drosera (Drosera rotundifolia) y el sol de oro (Helichrysum italicum), también poseen virtudes reguladoras del asma.
RINITIS, CONJUNTIVITIS Y SINUSITIS
Vitamina C
Sus propiedades antioxidantes ayudan a desintoxicar la histamina.
Luteína y zeaxantina
Retrasan la aparición de la rinitis
La manzanilla
Recién preparada en infusión, atemperada y filtrada dos veces con un paño limpio, se puede utilizar para hacer lavados oculares, desinflamar los párpados y reducir la picazón de los ojos (gracias a sus camazulenos).
PROBLEMAS DE PIEL
Onagra
Posee propiedades antiinflamatorias que ayudan a evitar la urticaria, y gracias al ácido gamma-linolénico es útil para tratar los eccemas.
Borraja
Su aceite, en perlas, se puede usar tanto tópicamente como ingerido.
Caléndula
En crema, ayuda a aliviar los eccemas.
PROBLEMAS DIGESTIVOS
Probióticos
Pueden modular la respuesta inmunitaria en procesos alérgicos. Además, ayudan a mantener sana la mucosa digestiva, contribuyendo a evitar que los alérgenos entren en el organismo y desencadenen una reacción alérgica.
Las enzimas digestivas
Bromelaína, papaína, actinidina, entre otras, son buenas aliadas de los procesos alérgico-digestivos por mediar saludablemente en las reacciones proinflamatorias antígeno-anticuerpo.
El aminoácido L-glutamina y el flavonoide quercetina
Se comportan como estupendos regeneradores del "intestino permeable" responsable último del paso de alérgenos a la sangre y la linfa.
Guadalupe Jiménez, bióloga.
Santiveri.
La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.
- Por inhalación: suelen originar alergias los ácaros, el polen, los hongos y la caspa de algunos animales.
- Por ingesta: causan alergias algunos medicamentos y alimentos como los lácteos, el gluten, los frutos secos, los mariscos, las legumbres o los huevos, entre otros.
- Por contacto: los agentes que suelen producir alergia son los metales (níquel), algunas plantas y el látex.
Reacción en cadena
Cuando el organismo de una persona predispuesta entra en contacto con un alérgeno, su sistema inmune lo identifica como un patógeno y lo guarda en la memoria para defenderse de él si vuelve a detectarlo.
Es realmente a partir del segundo contacto cuando se inician las reacciones alérgicas. En ese momento, el sistema inmune se sobreexcita y empieza a liberar inmunoglobulinas de tipo E de un modo exagerado.
Estas moléculas inmunitarias se unen a los mastocitos, un tipo de célula blanca, que comienzan a liberar histamina (un mediador inflamatorio de carácter broncoconstrictor y vasodilatador) descontroladamente.
Estas moléculas a su vez reaccionarán con tejidos y órganos, provocando por lo general reacciones inflamatorias que, en situaciones normales, ayudarían a combatir una infección, pero que al tratarse de una reacción descontrolada acaban produciendo un daño sobre el propio organismo.
Habitualmente, los síntomas de la alergia se manifiestan allá donde haya sido detectado el antígeno. Por ejemplo, si es el contacto con una planta, provocará urticaria en la piel. Pero en algunos casos los síntomas pueden presentarse en órganos más alejados; por ejemplo, reacciones asmáticas ante una alergia alimentaria.
Que te conviene
Sigue una alimentación antiinflamatoria y alcalina
Para ello toma al menos 5 porciones de frutas y verduras de hojas verdes, y hortalizas de colores (tomates, zanahorias, coliflor, etc.), incluyendo también el ajo (ya que su contenido en azufre le otorga propiedades desintoxicantes) y la cebolla (por su riqueza en quercitina).
Estos alimentos te aportarán agua, antioxidantes, vitaminas y minerales. Procura no ingerir harinas refinadas, azúcar, bollería y carnes grasas.
Evita los alimentos muy procesados
Sobre todo de origen industrial, y especialmente aquellos elaborados con conservantes y colorantes artificiales.
Retira de tu dieta la mayoría de los lácteos
El maíz, el trigo, los huevos, los mariscos, los cítricos, el pescado y el chocolate, ya que estos alimentos suelen exacerbar las reacciones alérgicas, así como los sulfitos del vino y el glutamato monosódico presente sobre todo en salsas y sopas precocinadas.
Desintoxica tu organismo
Y recurre a plantas como el boldo, el cardo mariano o el diente de león para mantener sano tu hígado. Un cuerpo sin toxinas es fundamental para que el sistema inmunitario se mantenga relajado.
Sigue una dieta baja en sodio
Y toma proteínas con moderación, ya que pueden alterar el sistema inmune y hacer que éste sea más hipersensible.
Pierde peso si tienes sobrepeso
Se ha visto que quienes logran un peso más normal experimentan una mejoría en su alergia.
Evita el estrés
Técnicas como el yoga y la relajación, ayudan a frenar las reacciones alérgicas.
Evita los alérgenos
Si son volátiles (polen, polvo, ácaros), limpia con aspirador y utiliza humidificadores. Si son alimentos, metales, animales, fármacos, simplemente no entres en contacto con ellos.
¿Se puede prevenir?
Ser alérgico tiene cierto carácter genético, pero se ha confirmado que es posible reducir su aparición, sobre todo actuando en la infancia. De hecho, los bebés amamantados y los niños que no han sido sobreprotegidos de los alérgenos (como los que viven en un medio rural) tienen un sistema inmunitario más fuerte y con menor probabilidad de desarrollar alergias a lo largo de su desarrollo.
Complementos nutricionales recomendados
El origen primario de las alergias es un mal funcionamiento del propio sistema inmunitario y sus consecuencias pueden ser muy diversas en función del órgano al que afecte. Para mejorar los síntomas e incluso ayudar a prevenir su aparición, podemos contar con distintos suplementos que agrupamos según los síntomas alérgicos que ayudan a combatir.
ASMA
DHA y EPA
Estos dos ácidos grasos omega 3 ayudan a regular la producción de prostaglandinas inflamatorias, de este modo reducen la inflamación y previenen el asma. También resultan beneficiosos en otros síntomas alérgicos como eccemas, urticarias, rinitis, etc.
Selenio
Con propiedades antioxidantes, este mineral ayuda a prevenir el asma y a evitar el daño de los tejidos tras la reacción alérgica.
Reishi
Este hongo de origen oriental contiene triterpenoides, que desinflaman y ayudan a calmar las molestias respiratorias como el asma, y ácidos ganodéricos, que contribuyen a reducir la liberación de histaminas, por lo que se consigue que las reacciones alérgicas sean menos fuertes.
Vitamina C
Tomada durante al menos 2 semanas, ayuda a reducir los niveles de histamina (broncoconstrictora y vasodilatadora).
Regaliz
Se usa tradicionalmente para tratar el asma. Sus principios activos (glicirrina) ayudan a neutralizar la inflamación causada por la reacción alérgica.
El grosellero negro (Ribes nigrum)
La drosera (Drosera rotundifolia) y el sol de oro (Helichrysum italicum), también poseen virtudes reguladoras del asma.
RINITIS, CONJUNTIVITIS Y SINUSITIS
Vitamina C
Sus propiedades antioxidantes ayudan a desintoxicar la histamina.
Luteína y zeaxantina
Retrasan la aparición de la rinitis
La manzanilla
Recién preparada en infusión, atemperada y filtrada dos veces con un paño limpio, se puede utilizar para hacer lavados oculares, desinflamar los párpados y reducir la picazón de los ojos (gracias a sus camazulenos).
PROBLEMAS DE PIEL
Onagra
Posee propiedades antiinflamatorias que ayudan a evitar la urticaria, y gracias al ácido gamma-linolénico es útil para tratar los eccemas.
Borraja
Su aceite, en perlas, se puede usar tanto tópicamente como ingerido.
Caléndula
En crema, ayuda a aliviar los eccemas.
PROBLEMAS DIGESTIVOS
Probióticos
Pueden modular la respuesta inmunitaria en procesos alérgicos. Además, ayudan a mantener sana la mucosa digestiva, contribuyendo a evitar que los alérgenos entren en el organismo y desencadenen una reacción alérgica.
Las enzimas digestivas
Bromelaína, papaína, actinidina, entre otras, son buenas aliadas de los procesos alérgico-digestivos por mediar saludablemente en las reacciones proinflamatorias antígeno-anticuerpo.
El aminoácido L-glutamina y el flavonoide quercetina
Se comportan como estupendos regeneradores del "intestino permeable" responsable último del paso de alérgenos a la sangre y la linfa.
Guadalupe Jiménez, bióloga.
Santiveri.
La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.