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jueves, 9 de febrero de 2017

Alimentación en niños veganos.


La creación de hábitos alimenticios saludables durante la infancia es esencial por varios motivos, ya se trate de niños veganos o no. Una correcta alimentación es imprescindible para el crecimiento y desarrollo del niño. Si estas rutinas se adquieren desde la infancia, es mucho más probable la prevención de enfermedades como la obesidad, que ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, diabetes o problemas cardiovasculares entre otros riesgos.
La pregunta es: ¿es posible que un niño veganos adquiera estos buenos hábitos sin que tenga ninguna carencia a nivel nutricional? La respuesta es, sí.


Es perfectamente factible que un niño lleve una alimentación vegana y totalmente saludable, de forma que no sufra ninguna carencia y sin riesgo alguno para su salud o crecimiento.

Según la Asociación Americana de Dietética (ADA), "las dietas veganas son saludables, nutricionalmente adecuadas y pueden proporcionar beneficios para la salud en la prevención y en el tratamiento de ciertas enfermedades. Si están bien planificadas, son apropiadas para todas las etapas del ciclo vital, incluido el embarazo, la lactancia, la infancia, la niñez y la adolescencia".


Es posible criar a un niño vegano sano, lo importante es tener las herramientas y las pautas necesarias para hacerlo de la forma adecuada y consultar a un dietista - nutricionista que resuelva cualquier duda que pueda surgir.
La ingesta de colesterol y grasas saludables de los niños vegetarianos suele ser sustancialmente menor con respecto a los que llevan una dieta omnívora y una ingesta superior de frutas, verdura y fibras. Está probado también que, por regla general, los niños vegetarianos son más delgados y poseen unos niveles más bajos de colesterol en sangre.

La mayoría de las pautas y recomendaciones generales que hay que seguir son aplicables a niños con una alimentación omnívora. La alimentación infantil debe ser adecuada, suficiente, completa y variada.


  • Variedad: elegir entre un amplio abanico de alimentos (frutas, verduras, legumbres, cereales, frutos secos, semillas,...) a ser posible de temporada.
  • Reducir el consumo de productos con bajo aporte nutricional  y alto aporte energético, que además, suelen ser ricos en grasas poco saludables, azúcar y/o sal, como bollos, galletas, golosinas, snacks, zumos,...
  • La grasa a utilizar preferentemente debe ser el aceite de oliva virgen extra, a ser posible en crudo.
  • Utilizar sal yodada (con moderación, a partir de los 8 meses aproximadamente.
  • Los alimentos ricos en hierro deben estar acompañados con una fuente de Vitamina C, de forma que la absorción del hierro sea mayor. Sólo se debe suplementar el hierro cuando el pediatra así lo aconseje y en la dosis pautada por este.
  • Leche materna: la lactancia materna es la mejor forma de aportar a los niños los nutrientes necesarios para un crecimiento y desarrollo saludables. La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante los 6 primeros meses.
    A partir de entonces, se recomienda ofrecer al bebé alimentos seguros y apropiados para la edad, ofreciendo primero el pecho. Es recomendable alargar la lactancia materna hasta los 2 años o más.

En cuanto al calendario de incorporación de alimentos no hay diferencias con  respecto a los bebés no veganos. Los alimentos se irán introduciendo de forma escalonada en días diferentes, de uno en uno y en cantidades muy pequeñas para poder valorar la tolerancia del bebé.
No es necesario seguir estrictos calendarios que indican los alimentos exactos en momentos determinados. Lo más importante es que esta incorporación se haga de manera paulatina.
Tampoco es necesario que los alimentos se ofrezcan exclusivamente en forma de papilla. Se puede dar al bebé alimentos en pequeños trocitos (plátano, zanahoria, calabacín, fruta blandita, pan...)
En la etapa infantil, hay que tener en cuenta que el aporte nutricional debe ser mayor que en otra etapas de la vida ya que se encuentran en pleno crecimiento, pero su estómago todavía es pequeño, por lo que es necesario ofrecer al niño alimentos con alta densidad nutricional.

Según la ADA, el crecimiento de los niños veganos es similar al de los niños no veganos. Tan sólo se ha observado un crecimiento deficiente en niños con dietas muy restrictivas, como crudiveganas o frugívoras, que desaconsejan a estas edades. Con respecto a la adolescencia, el crecimiento entre los veganos y los no veganos también es similar.

Estudios recientes indican que tampoco hay diferencia en cuanto a la aparición de la menarquía (1ª menstruación) en las adolescentes. De hecho, según la ADA, las dietas veganas parecen ofrecer algunas ventajas nutricionales para los adolescentes, ya que su consumo de fibra, hierro, ácido fólico, vitamina A y vitamina C suele ser mayor que el de los adolescentes no veganos.


Las proteínas suelen ser uno de los puntos que generan más dudas o desconfianza cuando un niño sigue una dieta vegana, a pesar de que su déficit es muy raro, incluso entre los veganos, siempre que tengamos a mano un amplio abanico de alimentos.
Las proteínas son moléculas constituidas a partir de unidades más pequeñas llamada aminoácidos. Se considera que hay 8 aminoácidos que el cuerpo humano no es capaz de sintetizar (producir por si mismo). Estos 8 aminoácidos denominados esenciales son: isoleucina, leucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano y valina, aunque los niños necesitan también aporte de histidina y se cree que también taurina.
La ingesta media de proteínas generalmente cubre o excede la recomendación, que en niños es de 1 gr de proteína por Kg. de peso corporal. Las proteínas no son monopolio de los productos de origen animal. Según la ADA "los niños veganos puede que tengan una necesidades proteicas algo superiores debido a las diferencias en cuanto a digestibilidad proteica y a la composición proteica y a la composición de aminoácidos, pero dichas necesidades proteicas generalmente son satisfechas cuando las dietas tienen un adecuado aporte energético y una variedad de alimentos vegetales". 

Tempeh
En el caso de los niños veganos, se les puede ofrecer otro tipo de alimentos proteicos diferentes a los de origen animal, como el tofu, tempeh, quinoa, legumbres a las que se les habrá retirado la piel previamente, o cremas de frutos secos, preferiblemente de elaboración casera.
Tampoco es necesario combinar diferentes tipos de proteína en una misma ingesta para mejorar la biodisponibilidad de estas. Hasta no hace mucho se creía que era necesario tomar en una misma comida alimentos proteicos con diferentes aminoácidos para formar una proteína "completa" como lentejas (pobre en metionina) con arroz (pobre en lisina). 
Hoy por hoy sabemos que esa teoría no es cierta, y que no es necesario hacer "malabares" para conseguir un aporte idóneo de proteínas en la dieta.

La ADA habla de 5 micronutrientes específicos a los que presta especial atención si se va a seguir una dieta vegana: calcio, vitamina D, zinc, hierro y B12.
En cuanto al calcio y la vitamina D, son dos micronutrientes que van "de la mano" y poseen una función determinante para mantener una buena salud ósea. Es necesario tener un nivel adecuado de vitamina D para una correcta fijación del calcio. 
Los productos lácteos no son la única fuente de la que disponemos de calcio. Podemos encontrar alimentos vegetales ricos en calcio, como las legumbres, semillas de sésamo, frutos secos, verduras de hoja verde, brócoli, tofu, tempeh...
Tampoco es mala idea incluir en la dieta alimentos enriquecidos. El consumo diario de estos alimentos asegura un buen aporte de calcio en la dieta. En cuanto a la vitamina D, el cuerpo humano es capaz de sintetizarla con una exposición moderada al sol, ya que la piel es la principal fuente de producción. En caso de vivir en una zona con poca exposición solar sería necesario valorar su suplementación, pero esta recomendación sería aplicable también a niños no veganos. Por eso, hasta los 2 años sería prudente suplementar o tomar alimentos enriquecidos en vitamina D, ya que la exposición solar directa no está recomendada, por el riesgo que conlleva.

Aunque la ADA destaca el zinc como uno de los micronutrientes a tener más en cuenta, lo cierto es que su deficiencia no es común en el mundo occidental, por la gran variedad de alimentos de los que se dispone.
El hierro es otro de los micronutrientes que más preocupan a la hora de seguir una dieta vegana. No obstante, diversos estudios demuestran que en los países occidentales los veganos no presentan mayores tasas de deficiencia de hierro que los no veganos. 

Muchos de los alimentos cotidianos de la dieta de los veganos tienen cantidades similares o incluso superiores a los de origen animal, por lo que alcanzar los niveles recomendados no es difícil. Tan solo hay que procurar que estos alimentos vayan acompañados de una buena fuente de vitamina C, para facilitar su absorción.

Como último punto cabe destacar el consumo de ácidos grasos EPA y DHA. Estos ácidos grasos no son esenciales en la dieta, aunque siempre se los ha relacionado con una buena salud cardiovascular, y en el caso de los niños con un óptimo desarrollo cerebral y visual. Actualmente no hay consenso sobre este tema y la suplementación no está recomendada. 
A pesar de que los veganos tienen una menor concentración en sangre de estos ácidos grasos, esta baja tasa no parece tener repercusión, ya que los veganos tal y como demuestran diversos estudios epidemiológicos, tienen un menor riesgo cardiovascular que los no vegetarianos.


 Vitamina B12, esencial


Es importante hacer una mención especial sobre todo a la vitamina B12, que en las dietas veganas es de obligada suplementación, ya que la vitamina B12 no se encuentra de manera natural en los alimentos de origen vegetal.

Los niños son especialmente vulnerables al déficit de B12 y las consecuencias sobre la salud del niño pueden ser irreversibles.
Existen suplementos en gotas, muy fáciles de administrar a bebés o niños pequeños. Hasta los 6 meses la leche materna aporta la cantidad necesaria de B12 (por eso es imprescindible que la madre se suplemente). Las leches de fórmula también llevan la B12 necesaria para el bebé, pero en cuanto se comienza con la alimentación complementaria es imprescindible suplementar.



En caso de dietas ovolactovegetarianas se debería  suplementar si no se alcanzan las dos raciones diarias de lácteo/huevo. En cualquier caso, siempre es preferible la suplementación antes que desplazar la ingesta de otros alimentos al abusar de lácteos o huevos.

De nuevo ante cualquier duda, lo más aconsejable es consultar con un dietista-nutricionista que solvente cualquier pregunta que pueda surgir.








Información facilitada por el equipo de nutricionistas de Sbeltary Natural Diet.


La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.


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