Cómo cuidar la piel con acné

Uno de los problemas más comunes en la piel, presente en un gran porcentaje de la población es el acné, una patología cutánea que afecta típicamente a adolescentes; se estima que lo sufre aproximadamente un 90% de la población.

Es el denominado "acné vulgar" en el que aparecen lesiones inflamatorias, quistes y comedones que se extienden por cara, cuello, escote y espalda.

Pero cada vez vemos, con mayor frecuencia, acné en personas de más de 25-30 años, principalmente mujeres, que no lo tuvieron en la adolescencia y aparece en esta etapa o que no remite al llegar a la edad adulta.

Este acné tardío afecta a un 30% de las mujeres mayores de 25 años y a un 5-7% de hombres y se le denomina "acné hormonal". La piel a esta edad es más madura, más sensible y más propensa a formar marcas y cicatrices.

¿Qué es el acné?

El acné se presenta cuando los poros se taponan debido a la acumulación de células muertas y bacterias como el propionibacterium acnes, el cual prolifera y produce inflamación y dolor en las paredes de las glándulas sebáceas.

Existen diferentes tipos de acné:

• Acné no inflamatorio: lo que conocemos como puntos blancos y negros o comedones, causados por el taponamiento por la glándula de la grasa y el cual tiende a dejar los poros dilatados.
• Acné inflamatorio: es aquel donde encontramos pápulas; pequeños bultos de color rosado y que pueden doler al tocarlos y las pústulas, lesiones pequeñas y redondas de color rojo y con pus visible.
• Acné Conglobata: tipo de acné severo el cual puede formar nódulos; granos grandes, dolorosos y sólidos que están dentro de la piel y que pueden permanecer por varios días.

¿Cuales son sus causas principales?

Las causas del acné hormonal son variadas, pero la más frecuente es el aumento de hormonas masculinas (andrógenos) que provoca un aumento en la producción de sebo que obstruye el folículo y genera las lesiones de acné.

El tabaco puede ser otro de los factores desencadenantes de esta afección. En mujeres fumadoras la incidencia del acné supera el 50%

Asimismo, el estrés es un agente clave en el acné tardío,porque hace que aumenten los niveles de cortisol y de hormonas androgénicas con el consiguiente aumento de la grasa cutánea.

¿Cómo hay que cuidar una piel con acné?

Tu ritual diario de cuidados debe incluir, como primer paso, una limpieza facial intensiva con un gel limpiador antibacteriano.

Una vez hecha la limpieza completa, es recomendable tonificar la piel para terminar de requilibrarla y purificarla. Los tónicos son especialmente adecuados para las pieles grasas.

El siguiente paso sería hidratar bien la piel. Si tienes la piel grasa, debes usar siempre un producto hidratante, ya que este tipo de piel también debe protegerse del frío, del calor, y de otros factores ambientales. Las texturas ligeras como fluidos y geles están especialmente indicadas. Comprueba que contengan ingredientes antibacterianos y calmantes para la piel.

Por último, usa también una o dos veces a la semana, una mascarilla facial para calmar y remineralizar la piel. Algunos de los ingredientes esenciales que pueden ayudarte a cuidar tu piel grasa con imperfecciones son:

Aceite esencial de árbol del té

Este aceite se extrae de las hojas y la corteza de un árbol originario de Australia: Melaleuca alternifolia. Las hojas eran utilizadas por los aborígenes australianos en infusión, directamente sobre la piel o mezcladas con barro, para tratar heridas, quemaduras, dolores, picaduras de insectos, infecciones y diversas afecciones cutáneas.

El aceite del árbol del té es un aceite vegetal esencial que tiene múltiples beneficios sobre la piel gracias a sus propiedades antisépticas (actúa como bactericida, antifúngico y antiviral), que permiten diversas aplicaciones como: heridas, quemaduras leves, acné, verrugas, piel seca o incluso para algunos tratamientos de las uñas.

Aceite esencial de romero

Esta planta se utiliza desde hace miles de años. Hay testigos que afirman que en la época de los egipcios ya era sabido su poder para diversas aplicaciones. Siempre ha sido muy preciado por sus propiedades curativas y también para la estética. La extracción se desarrolla por medio de destilación de los aceites de la planta. El aceite de romero tiene propiedades calmantes, purificantes, antiinflamatorias, tonificantes e hidratantes.

Además relaja el cutis y permite que las células de la dermis se hidraten, mejorando nuestro aspecto en minutos.

Arcilla blanca

La arcilla es un tipo de suelo, originado por la metamorfosis de roca. Se encuentra en depósitos de mayor o menor tamaño y, en la mayoria de los casos, se extrae de yacimientos al aire libre. Fue el primer remedio natural conocido por el hombre y ha sido empleado durante siglos por sus múltiples beneficios.

La arcilla destaca sobre otros elementos por sus diferenciadores beneficios:

• Es naturalmente rica en sales minerales.
• Tiene capacidad adsorbente y absorbente: intercambia impurezas y toxinas de la piel por minerales beneficiosos para ella.
• Absorbe y regula el exceso de cebo.
• Revitaliza la piel y estimula la renovación celular.

La arcilla blanca, también conocida como caolín o kaolín, posee tantas propiedades que se ha convertido para mucha gente en una rutina de belleza indispensable. Tiene aplicaciones sobre la piel y a nivel terapéutico, ya que es desinfectante, calmante y limpia las impurezas.

Aloe vera

El aloe tiene una alta concentración en vitaminas C, E, Zinc y ácidos grasos esenciales que refuerzan su efecto sobre la piel. Sus usos más conocidos y aplicados son a nivel tópico (quemaduras, dermatitis, acné...) Se ha comprobado que su gran eficacia a nivel cutáneo es debida a su capacidad de penetración de los polisacáridos de elevado peso molecular, característicos del aloe, favorece también la de vitaminas y otros componentes. En la epidermis, éstos actúan sobre receptores fibroplásticos estimulando factores de crecimiento y de replicación para la regeneración cutáneas. Así pues, el aloe vera protege, hidrata y calma nuestra piel.

Información facilitada por Natur Import

La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.