La Primavera es la época del renacimiento, del despertar. Es la estación verde, aumentan las horas de luz, la alegría y las ganas de vivir. Es el momento en el que todas las cosas vivas se restauran, el momento de hacer limpieza general y realizar la "puesta a punto" para las estaciones más cálidas.
Es, por tanto, la otra época del año, junto con el otoño, en que debemos aprovechar para depurarnos, eliminar lo que nos sobra y desintoxicar la sangre. A este respecto es interesante, por sencilla y completa, la cura de alcachofa, diente de león, ortiga y abedul. Una cucharada sopera del jugo en ayunas será suficiente.
La Teoría de los cinco elementos es una relación primordial en el sistema chino. Relaciona toda energía y sustancia con alguno de los cinco elementos (Fuego, tierra, metal o aire y madera). Cada uno está relacionado con una de las direcciones de la brújula y con una de las estaciones, siendo el elemento tierra el centro direccional, relacionado con el final del verano o verano hindú. Cada elemento tiene un color, dos órganos corporales, un tejido al que gobierna y muchas otras asociaciones. Para la Medicina Tradicional China, es éste el momento del elemento madera, que corresponde mentalmente con la "idea". De este modo, crea nuestra claridad mental y nuestra capacidad de centrarnos, planificar y tomar decisiones. Nos da además la capacidad de control, por lo que un desequilibrio en este elemento hace que al enfrentarnos a un desafío o una necesidad de cambio, reaccionemos tratando de controlar nuestra conducta o la situación. Es también el elemento responsable de la inspiración y el deseo de vida. Cuando es débil se pueden apagar nuestro entusiasmo y alegría de vivir. Está relacionado con la emoción de la cólera y el sonido del grito.
Los órganos relacionados con el elemento madera son el hígado y la vesícula. Para la Medicina China, el hígado es la casa del alma, el responsable de la espiritualidad.
Son órganos relacionados con la emoción de la cólera y el sonido del grito, por eso la ira reprimida los daña. Como además, el meridiano del hígado cruza la espalda, es frecuente que la frustración y el estrés se manifiesten en forma de agarrotamiento muscular.
Otros síntomas habituales de un hígado perezoso son levantarse sin energía, sabor agrio o avinagrado en la boca al despertar, agarrotamiento articular y muscular, debilidad y congestión del cuerpo. También pueden darse molestias oculares como ojos irritables y acuosos y sensibilidad alérgica de la piel y los senos nasales, además de escasa resistencia a la enfermedad. Las uñas, especialmente las de los pies, se verán mucho más frágiles.
La congestión de la vesícula biliar se suele manifestar en forma de gases y calambres estomacales en la parte superior del abdomen y tensión física y mental (Especialmente en cabeza y hombros, pero también en caderas y muslos). Esto conlleva dolores reflejos en espalda, hombros y omóplatos, y dolores de cabeza; tanto migrañas como cefaleas de tensión.
Momento, pues, ideal para depurar el organismo y ayudar al hígado a regenerarse. Tampoco debemos olvidarnos del exterior, la piel reduce su grosor en esta época y necesita abundancia de líquido para hidratarse desde dentro. Aprovecha también para comer alimentos ricos en betacaroteno y darle a tu piel alimento para protegerse del aumento de sol. Tampoco olvides nutrir tu piel con una buena crema natural que proteja su humedad y mantenga su elasticidad.
Este artículo tiene un carácter meramente informativo. Ante cualquier duda, es preferible que consulte con su terapeuta, médico o profesional de la salud.
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