Es aquel que procede de agricultura o ganadería ecológica y que se certifica como tal. Es decir, se ha obtenido respetando el ritmo de crecimiento de las plantas o animales, sin el uso de sustancias químicas de síntesis, sin añadir sustancias "artificiales" como colorante ni aromas o aditivos, y sin relación con organismos modificados genéticamente (transgénicos)
Productos ecológicos procesados
Quiere decir que el alimento ha sido modificado de alguna forma antes de terminar en nuestra cocina. Para que mantenga su calidad de "ecológico", el Reglamento (CE) nº 834/2007 obliga a respetar algunos puntos:
- Todos sus ingredientes deben ser ecológicos, a menos que no exista el ingrediente necesario en dicha forma.
- Solo se utilizarán en la medida mínima y necesaria el uso de aditivos alimentarios, los oligoelementos y la ayuda tecnológica.
- Tiene que fabricarse totalmente separado del resto de alimentos convencionales y queda fuera de todo uso cualquier sustancia o método de transformación que pueda conducir a error sobre la naturaleza del producto.
¿Ecológico, biológico, orgánico o sostenible?
Ecológico, orgánico y biológico son etiquetas para identificar al mismo producto. Ante la ley, solo los productos con certificación ecológica pueden catalogarse como "Eco"o "Bio", el resto son denominados "falsos bios".
Gro Harlem Brundtland |
El concepto "producto local" significa que proviene de instalaciones cercanas al punto de venta. En la ecología se promueve el uso de productos locales y de temporada porque reduce la contaminación del transporte, mejora la economía de la zona y no requieren alteraciones genéticas.
El término "desarrollo sostenible" se generalizó a finales de los años 80, a raíz del informe creado para las Naciones Unidas por una comisión de varias naciones encabezada por la doctora Grom Harlem Brundtlan, por entonces Primera Ministra de Noruega.
Se entienden por sostenibles las acciones que satisfacen nuestras necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras, teniendo en cuenta tres pilares: ambiental, social y económico.
Alternativas en la agricultura
Si no se utilizan pesticidas, ¿cómo mantenemos el cultivo sano? Responde Víctor Gonzálbez, coordinador técnico de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE): "Principalmente se utilizan varios controles biológicos con bacterias u hongos autorizados por la Unión Europea, pero trabajamos sobre todo con la prevención; procuramos que haya mucha cobertura vegetal en el suelo, equilibrar la cantidad de plantas repelentes y recurrir a especies más resistentes".
Para la fertilización se opta por la materia orgánica compostada, estiércol o biomasa (hojas y follaje triturado).
Este método de cultivo requiere una organización diferente: "obliga a planificar mejor y contratar más mano de obra, que de hecho hace falta en nuestro país", añade Victor G.
El técnico asegura que cultivar de este modo no tiene por qué ser caro. "El asunto de la inversión es relativo. Inviertes más en mano de obra pero gastas mucho menos en productos, el estiércol se usa solo cada dos o tres años y la biomasa la tienes en los terrenos, por lo que tampoco necesitas pagar su transporte".
Entre los inconvenientes que se asocian a los cultivos tradiconales encontramos su contribución al efecto invernadero y la contaminación de los acuíferos, "es precisamente el agua que luego bebemos o que utilizamos para regar, además, los productos de síntesis terminan eliminando la vida microbiana del entorno; acaban con una plaga pero también arrasan con todo lo demás."
Por ejemplo, la Federación Andaluza de Consumidores y Amas de Casa, agrega en sus guías de educación para la ecología las siguientes estrategias: semillas autóctonas para mantener la diversidad de la zona, feromonas atrayentes y/o repelentes para el control de plagas, empleo de lombrices o roedores para mejorar la fertilidad del suelo, emplear la rotación de cultivo para enriquecer el terreno, alejar plagas, apartar las malas hierbas y colaborar en asociaciones de cultivos que se dedican a distintas especies en la misma parcela, para una producción más eficiente y sostenible.
¡Atento a la etiqueta!
Los productos saludables y ecológicos se han vuelto tendencia. Es algo favorable para el sector pero también ha traído algunas controversias: cultivos con métodos ecológicos sembrados en terrenos contaminados, marcas que se autodenominan "Bio" pero
cuyos productos no son ecológicos ni sostenibles, empresas que cultivan ecológico pero no respetan las premisas del Comercio Justo y anuncios que aseguran que un producto es ecológico cuando solo contienen un ingrediente catalogado como tal o que se se ha fabricado en el mismo espacio que los convencionales.
El precio de venta de los ecológicos
Se dice que el coste final es la principal ventaja de los productos ecológicos. Al respecto, los conocedores del sector comentan varios factores. Por un lado, el beneficio de no excederse en las comidas: menos cantidad y de mejor calidad. Por otro, conseguir que con un precio un poco más alto los trabajadores mantengan unas condiciones de trabajo dignas. Y por último, el hecho de que la diferencia de coste no es tan significativa y depende de las temporadas, del nivel de consumo y de la cantidad producida. María Carolina Davico, responsable de compras, marketing y comunicación de NaturaSí España, afirma en que en este momento están teniendo precios inferiores a los productos convencionales.
Eduardo Manuel Pérez Bravo, miembro de la cooperativa y del comercio Nertra, demuestra que han estado regalando una variedad de producto con cada compra: "si una fruta no se ha vendido, se la regalamos al cliente antes de que se ponga mala, aquí no tiramos nada para mantener precios", agrega.
Otro conocedor del sector, un dependiente anónimo con larga experiencia en el centro de Madrid hace una llamada de atención sobre la elección del punto de venta: "a veces las grandes superficies se aprovechan del tirón que están teniendo lo ecológico y lo ofrecen incluso más caro que el pequeño comercio".
Educación
Desde el sector, se reclama cada día más atención a la formación del usuario en estos asuntos, tanto para atraer al consumidor como para conseguir que el sector continúe desarrollándose. María Carolina D. comenta que en otros países es mucho más fácil para ciudadano acceder al comercio ecológico y agrega: "España todavía está falta de cultura y educación sobre alimentación, el país ha mejorado con el tiempo pero muy lentamente".
En su opinión, la generación venidera está ofreciendo un gran empuje a este mercado, pero reconoce que para equipararse a Europa requiere un mayor crecimiento y una generalización del producto.
Ahora mismo, el mercado de los productos biológicos en España ha conseguido crecer en plena época de crisis y parece que las perspectivas continúan hacia arriba porque el número de seguidores
se amplía paulatinamente. Sin embargo, el mundo de lo ecológico todavía requiere un mayor crecimiento y una generalización del producto para ponerse a la altura de países como Francia o Alemania.
De lo que no cabe duda, es que es la generación venidera (de entre 20 y 50 años), la que está logrando que cada vez más empresas opten por metodologías más sostenibles, por una agricultura no agresiva y una ganadería más ética.
Información cedida por Laboratorios Planes
La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario