Alimentar a nuestro cuerpo físico no es tan solo para saciar la sensación de hambre. En nuestra cocina diaria fabricamos nuestra calidad de sangre. Una sangre ligeramente alcalina, limpia y sana, que nutrirá a todo nuestro organismo, proporcionándole los nutrientes necesarios para un óptimo funcionamiento.
Hoy en día en los países desarrollados se sufren multitud de problemas óseos, y uno de ellos es la desmineralización.
¿De qué forma nos desmineralizamos?
1) Consumiendo alimentos extremos
El consumo excesivo de grasas saturadas (carnes, embutidos, lácteos) y de estimulantes, alcohol, excesos de vinagres, azúcares, bebidas gaseosas y artificiales producen un pH ácido en nuestra sangre, lo que obliga a nuestro cuerpo a compensarlo rápidamente con reservas de minerales o decreciendo la calidad de huesos y dientes.
También se ven afectados nuestros sistemas nervioso e inmunitario.
2) Consumiendo exceso de crudos
Los crudos, sean frutas, verduras, etc... nos aportan muchas vitaminas y fibra, pero también su contenido en líquido es alto, diluyendo nuestros minerales si su consumo es excesivo.
3) Debilitando nuestros riñones
Los riñones juegan un papel primordial, ya que son los encargados en regular el delicado equilibrio entre sodio y potasio, así como regular la densidad y vitalidad de nuestros huesos.
4) Vida Moderna
Desde el aire que respiramos a la gran cantidad de máquinas eléctricas que utilizamos a diario, en nuestro trabajo y en nuestra casa, la falta de ejercicio, el estrés a todos los niveles y en general, la pérdida de contacto con la naturaleza.
5) Falta de conexión interior
El equilibrio entre el HACER y el SER, es algo fundamental. Si sobrevaloramos el HACER, tendremos que tomar sustancias (estimulantes, azúcares, cafés, bebidas gaseosas azucaradas, etc...) que nos estimulen a generar una energía que no tenemos.
Formas de remineralizarnos
Una alimentación con alimentos naturales biológicos basada en cereales integrales, proteínas de origen animal, verduras frescas, frutas de temporada, semillas, frutos secos, algas y condimentos naturales, nos proporcionarán cimientos sólidos para un energía vital duradera:
- Las verduras del mar (algas); pequeñas cantidades serán suficientes, pero lo más importante es su consumo diario, en cada comida.
- Usar una gran variedad de verduras verdes (brócoli, judías verdes, berros, borrajas, puerros, coles, etc...), en cocción ligera (2-3 minutos).
- Integrar en las comidas semillas y frutos secos.
- Utilizar sal marina al cocinar, no en crudo.
- Utilizando condimentos naturales salados en pequeñas cantidades como: la salsa de soja, miso de buena calidad...
- Consumiendo verduras biológicas, sin químicos, ni fertilizantes artificiales.
- Aprendiendo a cocinar proteínas vegetales (legumbres, tofu, tempeh, seitan)
Las algas tienen un alto contenido en minerales, lo que las convierte en un alimento óptimo en casos de desmineralización.
Alga Nori |
Son habituales en la dieta de países como China o Japón, y en los últimos años se han popularizado en Occidente, por lo que se es relativamente fácil encontrarlas envasadas en tiendas de alimentación.
Como cualquier verdura, permiten múltiples preparaciones: sopas, dulces, ensaladas, guarnición de otros platos...
Desde la antigüedad y en todo el mundo, los pueblos costeros han incorporado vegetales marino (algas) en sus dietas. Incluso las gentes que habitan lejos del mar han usado como alimento las verduras de lagos y ríos.
Laverbread |
Hace más de dos mil años desde Corea se enviaban verduras marinas a la corte imperial de China, donde eran muy apreciadas por su poder medicinal. También existe constancia del uso de vegetales marinos en el noroeste de Europa. Los celtas y los vikingos mascaban alga dulce en sus viajes. El alga nori o "laver" ha sido popular desde los tiempo de Roma y la "laverbread" todavía se vende en mercados en Inglaterra.
Los japoneses, gracias a su larga y accidentada línea costera, son quienes más han desarrollado el potencial culinario de las algas.
Una de sus propiedades, es propiciar la expulsión de metales contaminantes, radioactivos y tóxicos.
Gracias a su alto contenido en minerales, las verduras del mar, son un alimento totalmente necesario en estos momentos para:
- Reforzar y remineralizar nuestra estructura ósea.
- Contrarrestar toda la polución que tenemos, debido al excesivo uso de aparatos eléctricos (ordenadores, teléfonos, móviles, microondas, cocinas eléctricas, etc...)
- Producir en la sangre un efecto alcalinizante.
- Depurar nuestro sistema circulatorio de los efectos ácidos de la dieta moderna.
- Disolver grasas, colesterol y depósitos de mucosidades que aparecen en el cuerpo, por un exceso de grasas saturadas y productos lácteos.
- Nutrir nuestro sistema nervioso y reforzarlo.
- Reforzar nuestro sistema inmunitario.
Tendríamos que consumirlas a diario en pequeñas proporciones, para poder beneficiarnos de sus propiedades.
No es necesario utilizar más de una o dos variedades en cada comida. La cantidad por persona y por comida puede ser de una o dos cucharadas.
Las algas son todavía un mundo desconocido en los países de Occidente, que poco a poco se va abriendo camino gracias a su fácil utilización e integración en cualquier cocina y tradición, así como por sus excelente cualidades para todos, desde los más pequeños hasta los más ancianos.
Montse Bradford
Experta en nutrición natural y energética
Galardonada con el Premio Verde 2008, por su trayectoria profesional a favor de la alimentación responsable y el desarrollo sostenible.
La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.
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