En un
artículo anterior prometíamos hablaros de las propiedades de las
semillas comestibles, pequeñas joyas nutricionales, óptimas para
utilizar en otoño y nutrirnos así con todos los elementos
necesarios para afrontar el cambio de estación, el cual implica un
acortamiento de los días y una bajada de temperaturas que ponen a
prueba a nuestro metabolismo.
Muchas
personas desconocen o infravaloran cómo afectan estos cambios al
organismo y que es necesario prepararnos para amortiguar su
“impacto”. Por un lado la disminución lumínica durante el día
afecta a nuestro estado de ánimo y dificulta la conciliación del
sueño durante la noche. Por otro, el frío produce una bajada de las
defensas que facilita que contraigamos diferentes infecciones.
Es por todo
ello que un aporte extra de nutrientes resulta muy favorable en esta
temporada, y una magnífica fuente para conseguirlos son las semillas
comestibles. Las semillas son granos que contienen al embrión que
dará lugar a la nueva planta, así como los nutrientes para su
desarrollo. Usualmente se encuentran contenidas en frutos o
pseudofrutos. Conociendo esto entenderemos que la planta dote a la
semilla de una gran riqueza nutricional para garantizar su
germinación.
Normalmente
se comen directamente, bien sean enteras o molidas, lo que facilitará
la asimilación de los nutrientes en las semillas más duras. Para
incorporarlas a nuestra alimentación podemos añadirlas a
ensaladas, sopas, incorporarlas en la preparación de panes,
galletas… Cada uno buscaremos la forma que nos resulte más
sencilla y sabrosa.
El consumo
de semillas en nuestro país es aún poco habitual pero ha ido
aumentando poco a poco en los últimos años, a medida que la
población ha ido sabiendo de sus propiedades, como su riqueza en
ácidos grasos saludables, proteínas y minerales. Debido a que, en
su mayoría, son aún grandes desconocidas, os explicamos a
continuación la composición y principales propiedades de las que
más fácilmente podemos encontrar en el mercado:
Chía |
Chía:
La chía es una semilla que adquirido un gran reconocimiento en los
últimos tiempos y desde luego lo ha hecho con razón. Se trata de un
pequeño grano oscuro cuya aparente insignificancia no deja traslucir
su inmenso valor nutricional.Comencemos por sus minerales, entre los
que destacaremos el magnesio, un mineral habitualmente deficitario
con un papel fundamental en el sistema nervioso, óseo y muscular.
Respecto a sus ácidos grasos posee una más que considerable
cantidad de omega 3, otro nutriente que usualmente escasea en nuestra
alimentación. Estos se caracterizan por ser precursores de
sustancias antiinflamatorias y proteger al sistema cardiovascular. No
olvidemos que las patologías cardiovasculares son hoy en día la
principal causa de fallecimiento en los países occidentales.
Finalmente
destacaremos su elevada cantidad de fibra soluble, muy útil en el
estreñimiento, y de compuestos antioxidantes. Los antioxidantes nos
ayudarán a contrarrestar el exceso de radicales libres que se
producen a consecuencia de un estilo de vida en el que las prisas
están al orden del día, y cuyo exceso también se ve favorecido por
la polución y las enfermedades.
Semillas de lino |
Lino:
La semilla de lino ha gozado de gran popularidad desde hace muchos
años entre las personas aficionadas al mundo de la herbodietética,
pero no podemos decir lo mismo de la población general. Como la chía
es rica en ácidos grasos omega 3, aún más que la anterior, y
también en fibra soluble. Comparte además con las anteriores su
riqueza en magnesio, pero destaca especialmente por el manganeso, un
mineral que contribuye al buen funcionamiento de nuestro sistema
nervioso, la formación de los huesos y de los cartílagos. Respecto
a las vitaminas contiene una elevada cantidad de vitamina E, muy
antioxidante, y de B1, con un importante papel para el adecuado
funcionamiento del sistema nervioso.
Semillas sésamo |
Sésamo:
Las semillas de sésamo se caracterizan
ante todo por su riqueza en calcio, se tratan de hecho de una fuente
excepcional de este mineral gracias al cual podemos prevenir la tan
temida osteoporosis. Al igual que otras semillas es rica en magnesio,
pero también en cobre, un mineral que contribuye a la prevención de
la anemia y mejora el sistema inmune, lo que las hace muy útiles
durante esta estación. Las semillas de sésamo poseen la ventaja de
que podemos encontrarlas en forma de tahín, una crema hecha
exclusivamente con esta semilla y cuyo consumo nos permite asimilar
el calcio con más facilidad que si las tomásemos directamente.
Pipas de girasol |
Pipas
de girasol: Por fin llegamos a las
famosísimas pipas de girasol, de las que todos hemos disfrutado en
algún momento sin conocer sus propiedades. Del lado de las vitaminas
os contaremos que poseen una elevada cantidad de vitaminas B,
adecuadas para el sistema nervioso. Respecto a los minerales es
reseñable su cantidad de magnesio, cobre, hierro y selenio, de los
primeros ya os hemos hablado, mientras que del selenio conviene
resaltar que resulta fundamental para la tiroides, además de ser muy
antioxidante. Debemos de tener en cuenta que para obtener todos estos
beneficios tomaremos estas semillas crudas, pues en el proceso de
tostado a las que habitualmente se someten, pierden buena parte de
sus componentes.
Pipas de calabaza |
Pipas
de calabaza: Las deliciosas pipas de
calabaza se caracterizan por ser una fuente rica en magnesio y zinc.
Nos gustaría destacar la importancia de este último mineral para el
buen funcionamiento del sistema inmune, hasta el punto de que su
déficit tiene como uno de sus principales síntomas las infecciones
recurrentes. También es reseñable su papel en el aparato
reproductor, especialmente para la salud prostática, siendo
recomendable un puñado diario de estas semillas en caso de que se
padezca hiperplasia benigna de próstata. A este respecto debemos
indicar que además de zinc las semillas de calabazas poseen una
considerable cantidad de β-Sitosterol, que también ha
demostrado ser eficaz para disminuir los síntomas de la hiperplasia
benigna de próstata.
Podríamos
continuar con multitud de virtudes de muchas otras semillas pero
realmente a menudo el exceso de información solo deriva en menor
conocimiento, un error muy común hoy en día. Es por esto que hemos
preferido detallaros tan solo algunas de las más conocidas. No puedo
dejar sin embargo de mencionar aquí otras, como los piñones y su
extraordinaria riqueza en vitamina E, las de cáñamo, con gran
cantidad de aminoácidos, o las de amapola, con una elevada presencia
de calcio.
Como
veis la variedad es más que considerable y algunas de ellas las
encontraréis tan solo en tiendas especializadas; pero desde luego
merece la pena acercarse a estos preciados alimentos y descubrir
todos sus beneficios, que las convierten en un estupendo aliado para
afrontar el día a día, y muy especialmente durante estas semanas de
cambio de tiempo. Porque la mejor manera de disfrutar del otoño es
preparando nuestro organismo para él.
Deva Camino Monteserín Fernández
Bióloga. Máster en Terapias Naturales y Nutrición
por la Universidad de Santiago de Compostela
La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.
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