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jueves, 20 de octubre de 2016

Semillas comestibles, fuente de vida

En un artículo anterior prometíamos hablaros de las propiedades de las semillas comestibles, pequeñas joyas nutricionales, óptimas para utilizar en otoño y nutrirnos así con todos los elementos necesarios para afrontar el cambio de estación, el cual implica un acortamiento de los días y una bajada de temperaturas que ponen a prueba a nuestro metabolismo.



Muchas personas desconocen o infravaloran cómo afectan estos cambios al organismo y que es necesario prepararnos para amortiguar su “impacto”. Por un lado la disminución lumínica durante el día afecta a nuestro estado de ánimo y dificulta la conciliación del sueño durante la noche. Por otro, el frío produce una bajada de las defensas que facilita que contraigamos diferentes infecciones.


Es por todo ello que un aporte extra de nutrientes resulta muy favorable en esta temporada, y una magnífica fuente para conseguirlos son las semillas comestibles. Las semillas son granos que contienen al embrión que dará lugar a la nueva planta, así como los nutrientes para su desarrollo. Usualmente se encuentran contenidas en frutos o pseudofrutos. Conociendo esto entenderemos que la planta dote a la semilla de una gran riqueza nutricional para garantizar su germinación.

Normalmente se comen directamente, bien sean enteras o molidas, lo que facilitará la asimilación de los nutrientes en las semillas más duras. Para incorporarlas a nuestra alimentación podemos añadirlas a ensaladas, sopas, incorporarlas en la preparación de panes, galletas… Cada uno buscaremos la forma que nos resulte más sencilla y sabrosa.
El consumo de semillas en nuestro país es aún poco habitual pero ha ido aumentando poco a poco en los últimos años, a medida que la población ha ido sabiendo de sus propiedades, como su riqueza en ácidos grasos saludables, proteínas y minerales. Debido a que, en su mayoría, son aún grandes desconocidas, os explicamos a continuación la composición y principales propiedades de las que más fácilmente podemos encontrar en el mercado:

Chía
Chía: La chía es una semilla que adquirido un gran reconocimiento en los últimos tiempos y desde luego lo ha hecho con razón. Se trata de un pequeño grano oscuro cuya aparente insignificancia no deja traslucir su inmenso valor nutricional.Comencemos por sus minerales, entre los que destacaremos el magnesio, un mineral habitualmente deficitario con un papel fundamental en el sistema nervioso, óseo y muscular. Respecto a sus ácidos grasos posee una más que considerable cantidad de omega 3, otro nutriente que usualmente escasea en nuestra alimentación. Estos se caracterizan por ser precursores de sustancias antiinflamatorias y proteger al sistema cardiovascular. No olvidemos que las patologías cardiovasculares son hoy en día la principal causa de fallecimiento en los países occidentales.
Finalmente destacaremos su elevada cantidad de fibra soluble, muy útil en el estreñimiento, y de compuestos antioxidantes. Los antioxidantes nos ayudarán a contrarrestar el exceso de radicales libres que se producen a consecuencia de un estilo de vida en el que las prisas están al orden del día, y cuyo exceso también se ve favorecido por la polución y las enfermedades.

Semillas de lino
Lino: La semilla de lino ha gozado de gran popularidad desde hace muchos años entre las personas aficionadas al mundo de la herbodietética, pero no podemos decir lo mismo de la población general. Como la chía es rica en ácidos grasos omega 3, aún más que la anterior, y también en fibra soluble. Comparte además con las anteriores su riqueza en magnesio, pero destaca especialmente por el manganeso, un mineral que contribuye al buen funcionamiento de nuestro sistema nervioso, la formación de los huesos y de los cartílagos. Respecto a las vitaminas contiene una elevada cantidad de vitamina E, muy antioxidante, y de B1, con un importante papel para el adecuado funcionamiento del sistema nervioso.

Semillas sésamo
Sésamo: Las semillas de sésamo se caracterizan ante todo por su riqueza en calcio, se tratan de hecho de una fuente excepcional de este mineral gracias al cual podemos prevenir la tan temida osteoporosis. Al igual que otras semillas es rica en magnesio, pero también en cobre, un mineral que contribuye a la prevención de la anemia y mejora el sistema inmune, lo que las hace muy útiles durante esta estación. Las semillas de sésamo poseen la ventaja de que podemos encontrarlas en forma de tahín, una crema hecha exclusivamente con esta semilla y cuyo consumo nos permite asimilar el calcio con más facilidad que si las tomásemos directamente.

Pipas de girasol
Pipas de girasol: Por fin llegamos a las famosísimas pipas de girasol, de las que todos hemos disfrutado en algún momento sin conocer sus propiedades. Del lado de las vitaminas os contaremos que poseen una elevada cantidad de vitaminas B, adecuadas para el sistema nervioso. Respecto a los minerales es reseñable su cantidad de magnesio, cobre, hierro y selenio, de los primeros ya os hemos hablado, mientras que del selenio conviene resaltar que resulta fundamental para la tiroides, además de ser muy antioxidante. Debemos de tener en cuenta que para obtener todos estos beneficios tomaremos estas semillas crudas, pues en el proceso de tostado a las que habitualmente se someten, pierden buena parte de sus componentes.

Pipas de calabaza
Pipas de calabaza: Las deliciosas pipas de calabaza se caracterizan por ser una fuente rica en magnesio y zinc. Nos gustaría destacar la importancia de este último mineral para el buen funcionamiento del sistema inmune, hasta el punto de que su déficit tiene como uno de sus principales síntomas las infecciones recurrentes. También es reseñable su papel en el aparato reproductor, especialmente para la salud prostática, siendo recomendable un puñado diario de estas semillas en caso de que se padezca hiperplasia benigna de próstata. A este respecto debemos indicar que además de zinc las semillas de calabazas poseen una considerable cantidad de  β-Sitosterol, que también ha demostrado ser eficaz para disminuir los síntomas de la hiperplasia benigna de próstata.


Podríamos continuar con multitud de virtudes de muchas otras semillas pero realmente a menudo el exceso de información solo deriva en menor conocimiento, un error muy común hoy en día. Es por esto que hemos preferido detallaros tan solo algunas de las más conocidas. No puedo dejar sin embargo de mencionar aquí otras, como los piñones y su extraordinaria riqueza en vitamina E, las de cáñamo, con gran cantidad de aminoácidos, o las de amapola, con una elevada presencia de calcio.

Como veis la variedad es más que considerable y algunas de ellas las encontraréis tan solo en tiendas especializadas; pero desde luego merece la pena acercarse a estos preciados alimentos y descubrir todos sus beneficios, que las convierten en un estupendo aliado para afrontar el día a día, y muy especialmente durante estas semanas de cambio de tiempo. Porque la mejor manera de disfrutar del otoño es preparando nuestro organismo para él.


Deva Camino Monteserín Fernández
Bióloga. Máster en Terapias Naturales y Nutrición
 por la Universidad de Santiago de Compostela

La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.

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