Algunas veces hay que nadar a contracorriente
El consumidor concienciado con el medio ambiente le está dando la espalda al aceite de palma. Los primeros fabricantes biológicos han dejado de incluirlo en grupos de productos enteros y están trabajando con supuestas alternativas. Barnhouse sigue aferrándose al aceite de palma biológico y está orgulloso de ello. Nosotros recurrimos al cultivo biológico de la palma aceitera y lo apoyamos por los mismos motivos por los que en 1979 empezamos a fabricar productos biológicos.
Por aquel entonces queríamos alejarnos de los suelos y las aguas contaminados. Queríamos una alimentación sin sustancias nocivas para nosotros y nuestros hijos. Y hoy sigue siendo así.
Por aquel entonces queríamos alejarnos de los suelos y las aguas contaminados. Queríamos una alimentación sin sustancias nocivas para nosotros y nuestros hijos. Y hoy sigue siendo así.
El aceite de palma biológico tampoco sería imprescindible para Barnhouse, aunque sin él el maravilloso sabor a galleta de nuestros Krunchys no sería el mismo. Sin el aceite de palma definitivamente ya no elaboraríamos el mismo producto.
Precisamente porque le debemos tanto a esa materia prima no vamos a darle la espalda porque haya sido criticada en los medios. Debido a que los medios de comunicación tienden a generalizar y al desconocimiento de los consumidores, el aceite de palma biológico ha caído en descrédito a pesar de que las acusaciones conocidas por todos no son para nada ciertas en este caso.
Esto supondría echar por tierra los esfuerzos realizados durante muchos años por lograr el cultivo biológico en Sudamérica. Las plantaciones de aceite de palma cultivadas biológicamente proporcionan a muchas personas, también a muchos campesinos y a sus familias, un trabajo saludable, limpio y justamente remunerado, así como una promesa de futuro. La cosecha de aceite aprovechable es en el caso de la palma aceitera mucho mayor que en todas las demás plantas cultivadas para obtener aceite.
Para dicha cosecha se necesita menos superficie de labranza que, por ejemplo, para los campos de girasoles. Con ello el cultivo de palmas aceiteras biológicas también es razonable desde el punto de vista económico.
En el año 2011 se produjeron a nivel mundial 47 millones de toneladas de aceite de palma y 6 millones de toneladas de aceite de palmiste. El 85% de estas en Malasia e Indonesia, países que son sinónimo de desmonte por incendio, destrucción de superficies naturales y desalojos de tierras.
En este caso el porcentaje biológico es inferior al 1%.
Desde el año 1990, Barnhouse compra aceite de palma exclusivamente de plantaciones biológicas de Colombia (Daboon) y Brasil (Agropalma). La utilización de suelos por parte de la agricultura es obvia. También en el cultivo de girasoles, colza o cocoteros.
Nuestra tarea sigue siendo mantener en todo lo posible el equilibrio entre superficies naturales y el cultivo de materia primas. Sólo la agricultura biológica responsable tiene sentido. Al igual que ocurrió hace décadas primero en Alemania y luego en otras partes de Europa, nuestro objetivo común debería ser difundir el concepto de la agricultura biológica en vez de tirar la toalla y ceder hipócritamente ante el llamamiento a consumir productos sin aceite de palma a sabiendas de que las acusaciones no son aplicables a “nuestras” plantaciones de aceite de palma biológicas.
¡El porcentaje del aceite de palma de producción biológica es de milésimas! Para el aceite de palma que nosotros utilizamos no se ha desmontado ningún suelo desde hace más de 25 años y, además, se puede demostrar. En Centroamérica y Sudamérica tampoco hay orangutanes. El cultivo biológico también significa en el caso de las plantaciones de palma biológicas, entre muchas otras cosas, el respeto por el suelo, el aire y el agua, la atención por la salud y los estándares sociales de los campesinos, el fomento de la variedad de especies a través de plantas con flores y un subsuelo con vegetación, así como abono con compost.
Estaríamos más satisfechos si al seguir concienciando consiguiéramos poner de relieve la diferencia entre “nuestro” aceite de palma biológico y el cultivo de aceite de palma convencional, criticado con toda la razón del mundo, que se utiliza para carburantes “biológicos”.
Estaríamos aún más satisfechos si muchos fabricantes de productos biológicos hicieran suya esta postura en vez de abandonar de inmediato la agricultura biológica ante el fuerte eco de los medios. Juntos somos más fuertes. Eso siempre ha sido así. Y si tiramos la toalla ahora, a lo mejor el día de mañana otra materia prima biológica caerá en desgracia debido a otras acusaciones relacionadas con los tejemanejes de la industria convencional y sus proveedores. ¿También la vamos a dejar caer, destruyendo al mismo tiempo el sustento de los agricultores biológicos que dependan de ella? Si entregamos los campos al cultivo convencional y a sus métodos de producción, renunciaremos a nuestro objetivo: demostrar que es posible cultivar y producir de modo biológico.
La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.
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