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jueves, 6 de septiembre de 2018

Superar la dependencia emocional

Dependencia emocional, ¿qué es?

Se caracteriza por un apego extremo hacia otra persona, ya sea una pareja, los padres o los hijos.
Normalmente surge a partir de una serie de creencias arraigadas en la persona dependiente, tales como: "solo me querrán si obedezco, querer es complacer siempre al otro, si me quiere querrá estar solo conmigo y todo el tiempo, solo no soy nada, la soledad es angustia,etc..."

Los motivos que pueden provocar la dependencia se arrastran con frecuencia desde la niñez: falta de afecto, incomprensión de acontecimientos en el entorno, conductas demasiado autoritarias por parte de los tutores, sobreprotección, temores no resueltos, vinculación de sumisión con virtud, abandono de los progenitores, etc...

El terror al abandono, la inseguridad y la baja autoestima, son características comunes en la persona dependiente. Algunas corrientes psicológicas incluyen esta tendencia dentro del grupo de las adicciones, solo que en este caso los vicios son el afecto, la admiración, el cariño, el contacto o la compañia.
Por esa razón, la lista de parejas suele ser muy larga y los periodos de soledad o las épocas de soltero, muy breves o casi inexistentes.

A menudo, la pareja de la persona con dependencia cuenta con cualidades totalmente opuestas: seguridad en si mismo, confianza, determinación, carácter... Este tipo de cualidades son admiradas por el otro, precisamente porque no las tiene.

Amor
Todos nos preocupamos si llegada cierta hora, la pareja no aparece o no llama. Queremos que la persona a la que amamos se encuentre lo mejor posible y que sus planes de vida evolucionen, a veces incluso más que los propios, pero hay que conseguir detectar el punto en que el apego llega a la obsesión.

El modo más sencillo es revisar si coinciden todos los indicadores de una relación basada en la dependencia. Por ejemplo, imaginemos que despiden a nuestra pareja de un trabajo que adoraba. Por nuestra cabeza revolotea la siguiente idea: "mejor que me hubieran echado a mi" ¿Cuál es el motivo de esta pregunta? Tal vez que tienes más posibilidades de encontrar un nuevo trabajo, que manejas mejor las situaciones de estrés o simplemente el afán de no ver pasar una mala racha a nuestro compañero de vida.
Pero si echamos un vistazo al resto de actitudes sabremos diferenciar si esta actitud está relacionada con un momento puntual de preocupación, o si, en cambio,es una pieza más de todo un paradigma marcado por una actitud de inferioridad.

Indicadores de una relación basada en la dependencia emocional

  • Necesidad de contacto en todo momento con la otra persona, por cualquier medio: en persona, por teléfono o por las redes sociales.
  • Sufrimiento en momentos de soledad o cuando la pareja no está (similar al síndrome de abstinencia: nerviosismo, ahogo, etc...)
  • Sensación de temor a que la relación se termine.
  • Sumisión
  • Preocupación excesiva por agradar
  • Pedir disculpas por todo, incluso por estar en desacuerdo
  • Celos
  • Vigilancia
  • Control
  • Posesividad

Dependencia o amor

Como se ha comentado, existen diversos niveles. De hecho, en toda relación amorosa en pareja se genera un nivel bajo que se desprende de la creación y el mantenimiento de ese vínculo; se hacen planes juntos, se comentan las decisiones individuales... dos personas comparten una sola vida, y eso requiere la participación de ambos. 
Es precisamente donde debemos apuntar la diferencia, en la creación de un equilibrio: ambos eligen, tienen deseos independientes y reservan momentos o espacios para el asueto individual (leer un libro o salir por ahí con otras personas). 

Cuando una relación solo resiste si uno de ellos renuncia a su propia opinión, su iniciativa, sus propuestas, sus anhelos, sus planes o incluso sus gustos, es un camino sin salida. A veces se arrastran relaciones por un afán irracional de perpetuar solo los momentos agradables, aunque sean escasos.

Es interesante plantearse qué es lo que se siente. ¿Es amor o dependencia? Tal vez la costumbre, la inercia o la afición a las buenas sensaciones que aportan las relaciones lo único que nos mantiene ligados a una relación que no nos beneficia. 
Todo termina siendo un fallo de enfoque, un fuerte deseo hacia un ideal de lo que puede llegar a ser esa relación, algo que realmente no existe.

Superarlo
  1. Aceptarlo ¿Soy dependiente? Comprueba si realmente tiene este problema, y si es así, ha llegado el momento de aceptarlo. Identificar un problema es el primer paso para cualquier solución.
  2. Entrena para mejorar tu autoestima, existen talleres que pueden ayudarte en esto.
  3. Encuentra un modo en que la soledad te sea agradable, busca un momento para ti y para sentirte enriquecida/o sin compañia de nadie. Demuéstrate que estar solo no es malo y que puedes ser feliz por ti misma. Localiza tus hobbies.
  4. Trata de localizar cuáles son las creencias que te llevan a comportarte de este modo y trata de darles la vuelta: de "si no me gusta lo que le gusta me dejará" a "si le doy a conocer lo que a mí me gusta, podremos conversar de algo interesante, y si me deja, encontraré a alguien con quién pueda compartir mis aficiones"





La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.

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