Puede considerarse como colateral al sistema cardiovascular, dispuesto en forma paralela y que también transporta líquidos a través de una red vascular. La mayoría de los tejidos están en contacto con la linfa.
Es una estructura anatómica formada por una red de:
órganos linfoides especializados: bazo y timo
ganglios linfáticos: estructuras nodulares pequeñas con forma de haba, agrupadas en racimos en distintas zonas del cuerpo como cara, cuello, axilas, ingles, huecos supraclaviculares y huecos poplíteos. Son más numerosos en las partes menos periféricas del organismo. Su función principal consiste en la maduración de linfocitos para la formación de anticuerpos. También forman parte del sistema inmune.
tejidos linfoideos: adenoides, amígdalas, placas de Peyer intestinales, médula ósea roja y MALT (tejido asociado a mucosas del tracto gastrointestinal, respiratorio y urinario)
vasos linfáticos que convergen en dos troncos principales y desembocan en la venas subclavias.
nódulos linfoideos: se disponen muchas veces rodeando a los grandes troncos arteriales y venosos
Producen y transportan la linfa (líquido tisular carente de pigmentos, sin capacidad de coagulación, que contiene moléculas de proteínas plasmáticas, ácidos grasos de cadena larga, fibrinógeno, células hemáticas de la serie blanca, células cancerosas, gérmenes, restos celulares y metabólicos) a través del organismo aprovechando las contracciones musculares, las pulsaciones arteriales cercanas, el movimiento de las extremidades, los movimientos peristálticos del sistema digestivo, la bomba abdómino-torácica y la compresión de los tejidos por objetos externos al cuerpo.
El sistema linfático forma parte del sistema de limpieza y drenaje natural de nuestro organismo mediante el cual eliminamos los residuos celulares (anhídrido carbónico, ácidos grasos, ácido úrico), productos químicos, restos de infecciones, venenos, toxinas...
Lo que no es útil para el organismo lo filtra para ser procesado por el hígado y los riñones y ser eliminado vía vejiga urinaria e intestino grueso.
Cuando el sistema linfático no puede ejercer correctamente su función, se acumula material tóxico de desecho en el líquido intersticial (entorno celular), lo que provoca que las células se vean privadas de oxígeno y otros nutrientes vitales; se asfixian en sus propios desechos y dificultan su normal funcionamiento. La consecuencia de todo esto es la acidificación del entorno, dando lugar, además, a procesos inflamatorios y dolor.
De no remediarse esta situación, puede conducir a la muerte celular -- con lo que las células se fibrosan o enquistan-- o, de sobrevivir, desencadenar un proceso que puede acabar haciendo que las células muten en células patológicas. Para el Dr. Albert Pishinger la práctica totalidad de tipos de cáncer van precedidos de una importante y continua congestión linfática.
Basado en el artículo de Artur Ferrer Escriche para "Vitae"
La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.
Producen y transportan la linfa (líquido tisular carente de pigmentos, sin capacidad de coagulación, que contiene moléculas de proteínas plasmáticas, ácidos grasos de cadena larga, fibrinógeno, células hemáticas de la serie blanca, células cancerosas, gérmenes, restos celulares y metabólicos) a través del organismo aprovechando las contracciones musculares, las pulsaciones arteriales cercanas, el movimiento de las extremidades, los movimientos peristálticos del sistema digestivo, la bomba abdómino-torácica y la compresión de los tejidos por objetos externos al cuerpo.
La linfa se produce a partir del exceso de líquido procedente de los capilares sanguíneos hacia el espacio intersticial o intercelular. Adquiere un color lechoso después de las comidas, esto se debe a que se carga de grasas que son absorbidas desde nuestro sistema digestivo. Esta linfa de color lechoso se denomina QUILO.
La formación de la linfa es continua en aquellos órganos con actividad constante; su velocidad de circulación es muy lenta y sigue una sola dirección. Esta propiedad hace posible un filtrado y una eliminación de partículas más eficiente.
La formación de la linfa es continua en aquellos órganos con actividad constante; su velocidad de circulación es muy lenta y sigue una sola dirección. Esta propiedad hace posible un filtrado y una eliminación de partículas más eficiente.
Funciones de la linfa
- Drenar el exceso de líquido intersticial ("mar interior" que baña las células) mediante los vasos quilíferos o capilares linfáticos y transportarlo al torrente sanguíneo. Si esta función no es realizada, el líquido se acumularía en los tejidos corporales y éstos se encharcarían produciendo edemas por desequilibrio osmótico.
- Contribuye a defender al organismo ante gérmenes como virus, bacterias y hongos susceptibles de causar infecciones. Estos gérmenes son filtrados por los ganglios linfáticos, los cuales contienen linfocitos T y B (un tipo de leucocito) encargados de la destrucción de los invasores y de producir anticuerpos encargados de combatir a los microbios, impidiendo así su diseminación a través del organismo.
- Recolectar lípidos alimenticios y vitaminas liposolubles (A,D,E y K) del aparato digestivo, recuperar proteínas que han salido de los capilares sanguíneos con el exceso de líquido y enviarlos a las venas subclavias para ser volcados al torrente circulatorio.
El sistema linfático forma parte del sistema de limpieza y drenaje natural de nuestro organismo mediante el cual eliminamos los residuos celulares (anhídrido carbónico, ácidos grasos, ácido úrico), productos químicos, restos de infecciones, venenos, toxinas...
Lo que no es útil para el organismo lo filtra para ser procesado por el hígado y los riñones y ser eliminado vía vejiga urinaria e intestino grueso.
Cuando el sistema linfático no puede ejercer correctamente su función, se acumula material tóxico de desecho en el líquido intersticial (entorno celular), lo que provoca que las células se vean privadas de oxígeno y otros nutrientes vitales; se asfixian en sus propios desechos y dificultan su normal funcionamiento. La consecuencia de todo esto es la acidificación del entorno, dando lugar, además, a procesos inflamatorios y dolor.
De no remediarse esta situación, puede conducir a la muerte celular -- con lo que las células se fibrosan o enquistan-- o, de sobrevivir, desencadenar un proceso que puede acabar haciendo que las células muten en células patológicas. Para el Dr. Albert Pishinger la práctica totalidad de tipos de cáncer van precedidos de una importante y continua congestión linfática.
Basado en el artículo de Artur Ferrer Escriche para "Vitae"
La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.
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