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jueves, 25 de enero de 2018

Educar con sentido



La dirección de la educación respetuosa está basada en cubrir las necesidades del ser humano en cada momento presente de su día a día. El niño adquiere los conocimientos que tienen sentido para su desarrollo integral, cognitivo, físico y espiritual.
La dirección está enfocada en la individualidad de cada ser humano, respetando así sus ritmos, tiempos y necesidades de aprendizaje innato y natural.

Los objetivos implican lucha, esfuerzo, cansancio y frustración no consciente, un viaje fuera del ser sin retorno. Las direcciones implican compromiso, aprendizaje, superación positiva, desarrollo personal, confianza, adaptación y aceptación del proceso, un viaje gratificante al interior de cada uno.


¿Educamos para sabernos desenvolver con éxito en la vida o educamos para sobrevivir y luchar por el éxito?

Todo ser humano es exitoso por naturaleza. El éxito es una actitud ante la vida, una decisión comprometida con los talentos de uno mismo. Educando conscientemente ponemos la atención en los talentos innatos, en lo que nos motiva conocer, profundizar y experimentar.
Lo maravilloso es que a partir de este estado de exploración del mundo, el ser humano es capaz de adquirir lo que se proponga e incluso aquellos conceptos que no adquiriría en un sistema educativo convencional desmotivador.

El propio sistema educativo está anclado a ciertas creencias arraigadas en los miedos, carencias y necesidades industriales que hacen que los niños engullan un sinfín de conceptos que no tienen sentido para su momento presente, ni necesidad de aprendizaje innata.

Educar con sentido exitoso, es acompañar al niño dando énfasis a sus talentos. Cuando permitimos que el niño descubra todo lo que le rodea a partir de su talento, le estamos dando la oportunidad de vivir la vida en pleno éxito, confianza, seguridad, felicidad y bienestar. El niño genera entusiasmo por el aprendizaje y la vida, ya que todo cobra sentido, el de reconocerse y valorarse en todas las cosas, autoestima.


¿Hacia dónde se dirige la educación? ¿Qué sentido tiene aprender conceptos? ¿Qué utilidad tienen los conocimientos adquiridos?

La educación es la base donde nos consolidamos como seres humanos, por lo tanto la educación es el punto, donde se inicia la humanidad.

La dirección debería ser enfocada en la persona, en el desarrollo de un ser humano sano psíquica, física y emocionalmente. Ninguno de estos tres pilares pueden funcionar separados, ya que crea disfunción y falta de bienestar en el ser humano.
Un buen desarrollo intelectual requiere de la capacidad de saber utilizar el pensamiento, éste a su vez requiere de un estado emocional que le motive a utilizar el pensamiento, y a su vez la motivación nace de que el individuo considere que esa acción de pensar le lleve a la dirección de sus deseos para ampliar así su necesidad innata de aprendizaje y desarrollar su inteligencia.

Cuando un niño está desmotivado, su falta de interés le genera una actitud de falta de atención, y su mecanismo comienza a moverse lentamente para hallar otras cosas que si le motiven, que sí le entusiasmen y enriquezcan su ser. Un niño con falta de atención, es un niño desmotivado en el aprendizaje e incomprendido en sus necesidades emocionales.

¿Cómo podemos generar un sentido en la educación?

De una forma simple, observando a los niños en su ámbito natural que es el juego. En este escenario es donde afloran los intereses, talentos, capacidades, dones, necesidades innatas de aprendizaje y emocionales. Este conjunto es la base donde se va a consolidar nuestro desarrollo, nuestros valores, nuestra inteligencia e intelecto, nuestra personalidad y actitud ante la vida.


Joanna Coronado
Escritora, conferenciante y madre de dos hijos.
Fundadora del espacio para niños, La Calma de la Esencia.

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