La astaxantina es el carotenoide que le da color rojo al salmón, a los langostinos o a los flamencos. Es producido por diversos tipos de microalgas que son la base de la alimentación del zooplancton y el krill, a su vez el alimento preferido de aquellos que almacen el pigmento en la piel y en el tejido graso, siendo ésta la razón de su color rojizo.
La astaxantina es un carotenoide antioxidante, es 65 veces más potente que la vitamina C, 54 veces más potente que el betacaroteno y 14 veces más potente que la vitamina E.
Entre las propiedades que se le adjudican al consumo regular, están el aumento de la función inmunológica, de la salud cardiovascular, la reducción de los triglicéridos, y la mejora de la resistencia, el rendimiento y la recuperación en la actividad física.
Proporciona protección antioxidante para el cerebro y los ojos. Su estructura celular única le permite seguir siendo activo mucho más tiempo que la mayoría de antioxidantes.
Varios estudios muestran que protege las neuronas y puede retrasar los efectos del deterioro cognitivo relacionado con la edad, así como la disminución de las funciones psicomotoras.
También han demostrado que mejora el flujo sanguíneo y disminuye la presión arterial. Aumenta el colesterol HDL y disminuye los triglicéridos.
La combinación de dosis tópicas y orales de astaxantina puede ayudar a suavizar las arrugas, manchas de la edad y ayudar a mantener la humedad de la piel.
Hubo resultados positivos tanto en hombres como en mujeres.
Tiene capacidad para mejorar el rendimiento deportivo y mejorar la resistencia, así como los niveles de fatiga después del ejercicio.
Información facilitada por Solgar España
La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.
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