La
excesiva higiene y otros factores como la
alimentación o la contaminación
incrementan el número de casos de niños alérgicos cada año, y ya
suponen uno de cada cinco, según los expertos reunidos en el Congreso de la
Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergia y Asma Pediátrica (SEICAP),
que se celebró recientemente en Ávila. Tan sólo en el caso del asma el número de
niños se ha duplicado en las últimas tres décadas, según datos de la SEICAP.
El hecho de que los niños se desarrollen “en un ambiente de
asepsia, con ausencia de gérmenes, rodeados de una higiene excesiva, con tanta
esterilización, vacunados de todo y sin riesgo de infecciones provoca que su
sistema inmunológico no active el mecanismo de defensa sino el que favorece las
alergias”, explica el doctor Marcel Íbero, presidente de la SEICAP.
Un estudio reciente publicado en la revista Immunity permitió probar como la
exposición a los gérmenes del medio ambiente en niños pequeños permite un
desarrollo normal del sistema inmune, lo que contribuye a evitar futuras
alergias y lo protege de infecciones. Según el doctor Íbero “en un ambiente de
gérmenes como el de los países del tercer mundo o con carencias sanitarias, la
respuesta inmunológica TH2 con la que nacen los niños y que favorece las
alergias se convierte en TH1, que es la que activa la defensa para poder
combatir las infecciones”.
El progreso y la occidentalización han
contribuido a "la aparición de cambios en el estilo de vida de las personas que
viven en países desarrollados, que han modificado sus hábitos de higiene, de
alimentación o incluso la decoración de las casas. Todo este conjunto de causas,
unidas a la contaminación, provocan cambios en el sistema inmunológico de los
niños ya desde el vientre de la madre, cuya respuesta de defensa se vuelve más
débil y favorece la aparición de alergias”, explica el doctor Luis García
Marcos, del Servicio de Alergología Pediátrica del Hospital Virgen de la
Arrixaca de Murcia.
Un informe publicado este mes por el Centro Nacional
de Estadísticas de Salud Pública (NCHS) de EEUU confirma el aumento de niños con
alergias y el mayor número de casos en niños procedentes de familias con
ingresos más altos que en niños por debajo del umbral de la pobreza. La
diferencia es amplia en el caso de las alergias respiratorias, afectando al
14,9% en los niños con menos ingresos y al 18,3% a los que tienen un nivel
económico más alto.
Los síntomas más comunes de las alergias incluyen
tos, picor de ojos y nariz, sibilancias, urticaria, angioedema, asma, rinitis,
conjuntivitis, síntomas digestivos, dificultades para respirar, ezcema o
reacciones de anafilaxia. Esto resulta “muy molesto e influye de manera notable
en la calidad de vida de los niños. En muchos casos se traduce en problemas de
escolarización, de aprendizaje y faltas al colegio. En casos graves requiere el
ingreso hospitalario”, asegura el doctor García Marcos.
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