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jueves, 6 de junio de 2013

Celulitis. ¿Qué es? ¿Cuantos tipos hay?

La celulitis o dermapaniculosis vasculopática es una alteración del tejido adiposo y del tejido subcutáneo que produce antiestéticos efectos en la piel, ya que se ve incrementando su volumen y su sensibilidad, además de la presencia de bultos característicos de la "piel de naranja". 
Este acúmulo de grasas y líquidos en zonas determinadas, origina una alteración estructural del tejido conjuntivo intersticial y de la circulación venosa y linfática de las partes afectadas.

La circulación es causa fundamental de las alteraciones localizadas de la celulitis y su instalación definitiva.
Al aumentar la presión capilar, los vasos se dilatan hasta que se producen fugas de líquidos y proteínas que invaden el tejido conjuntivo. Este encharcamiento produce una sobrecarga en el flujo linfático y además entorpece el metabolismo de las células grasas que se encuentran a su alrededor.
Cada vez es más complicado el intercambio entre células y vasos sanguíneos, las fibras del tejido conjuntivo se hinchan, comprimiendo tanto las células como las arterias y venas, y dificultando aún más la circulación sanguínea.

Una causa importante que favorece la aparición de la celulitis es el factor genético-hormonal; este factor determina la disposición de la estructura del tejido celular subcutáneo.

TIPOS DE CELULITIS

Celulitis generalizada
Aparece exclusivamente en mujeres obesas, con hábitos alimentarios poco saludables. Comienza en la pubertad y con el aumento de la edad los factores suelen ser cada vez más desfavorables. Los trastornos se incrementan, lo que ocasionan importantes cambios estéticos.
Celulitis localizada
Celulitis de grado avanzado, en el que los adipocitos hipertrofiados se agrupan en nódulos. Son la causa del engrosamiento que muestra la piel. Este tipo de celulitis es dura al tacto, ocupa menos espacio y responde bien al tratamiento.
Originan fenómenos dolorosos, sensación de pesadez y "síndrome de piernas cansadas", edemas importantes y dificultad en la movilidad.
Las zonas donde muestra preferencia son: las piernas, el abdomen, las nalgas, los tobillos, la parte inferior de la espalda justo debajo de los hombros. Este tipo de celulitis se la observa en la pubertad y en jóvenes de 16 a 20 años, en casos especiales hasta los 35 años. 
Cuando aparece en las mujeres adultas, ellas refieren haber tenido piernas con importante adiposidad localizada.

Celulitis dura
Se observa generalmente en mujeres deportistas o bailarinas, con tejidos firmes y bien tonificados. Se evidencia por la prueba del pellizcamiento con aparición de "piel de naranja". 
Debido a una mala nutrición y oxigenación, la capa epidérmica es delgada y de aspecto seco y rugoso. Por eso, en general, coincide con la aparición de estrías a consecuencia de la ruptura de las fibras elásticas de la piel. Este tipo de celulitis no presenta dolor espontáneo ni provocado.

Celulitis flácida
Es típica en mujeres sedentarias o bien en mujeres que de pronto han dejado de ser activas o han dejado de hacer deporte. Igualmente se presenta en personas que han sido sometidas a distintos tratamientos dietéticos con posterior recuperación del exceso de peso.
Síntomas: escaso tono muscular que produce deformaciones, zonas que se hunden a la menor compresión, balanceo de la masa celulítica al caminar, "piel de naranja" a simple vista, fatiga permanente, debilidad general, y frecuentemente asociada con edemas blandos con retención de líquidos y varicosidades.

Celulitis edematosa
En este tipo de celulitis, el tejido conjuntivo se vuelve viscoso y tiene un elevado peso molecular, un alto nivel de fibrosis y es dolorosa. Se encuentra en mujeres de todas las edades, pero es frecuente en jóvenes y adolescentes. Se presenta solo en las piernas, con el aspecto de "piel de naranja". Suele acompañar a la obesidad.

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