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jueves, 17 de octubre de 2013

Los mejores nutrientes naturales para la regeneración y el control del dolor articular

Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y los analgésicos son los fármacos utilizados de forma habitual en problemas articulares. Sin embargo, estos fármacos sólo actúan sobre el control del dolor y no frenan el deterioro articular. Su uso crónico se relaciona además con importantes efectos adversos a nivel gastrointestinal, hepático, renal y cardiovascular. Por este motivo, cada vez más profesionales optan por tratamientos con sulfato de glucosamina y sulfato de condroitina, dos sustancias que han demostrado tener los mismos efectos que los AINE y los analgésicos en el alivio del dolor y la movilidad articular, pero que son capaces de estimular la regeneración del cartílago, frenando su deterioro. Y lo más importante, son sustancias seguras, por lo que son óptimas para problemas articulares crónicos.

Sulfato de Glucosamina y Sulfato de Condroitina: los regeneradores articulares.
El sulfato de glucosamina es una unidad básica del glicosaminoglicanos y proteoglicanos del cartílago y de ácido hialurónico del fluido sinovial. Su ingesta estimula la síntesis de estas sustancias a la vez que inhibe la actividad de enzimas destructoras del cartílago como la colagenasa y la fosfolipasa A2.
El sulfato de glucosamina también aporta azufre, un nutriente básico para estos tejidos.

El consumo de 1.500 mg de sulfato de glucosamina diarios ha mostrado mejorar síntomas de osteoartritis como dolor, sensibilidad articular e inflamación, retrasando y/o revirtiendo la progresión de la degeneración del cartílago.

El sulfato de condroitina es el principal glicosaminoglicano del cartílago. Es una sustancia resistente a la compresión y que contribuye a la elasticidad de articulaciones, ligamentos y tendones. También estimula la síntesis de proteoglicanos y de ácido hialurónico e inhibe enzimas degradadoras del cartílago, aunque presenta una absorción de un 12% (muy inferior al 90-98% del sulfato de glucosamina). Sin embargo, a pesar de su baja absorción, ha mostrado reducir el dolor, incrementar la movilidad articular y favorecer la curación de articulaciones afectadas por osteoartritis.
Componentes estructurales del cartílago

Los profesionales acostumbran a utilizar estos dos nutrientes de forma conjunta, para potenciar sus efectos particulares de ralentización de la progresión de la destrucción del cartílago, así como para potenciar la regeneración articular, la reducción del dolor y el aumento de la movilidad.


Productos vegetales antioxidantes: mayor poder antiinflamatorio y analgésico.
La actividad antioxidante está muy relacionada con el control de inflamación, dolor y degeneración articular, pues los radicales libres estimulan la formación de mediadores proinflamatorios que provocan daño y dolor tisular. Por ello, el consumo de productos vegetales antioxidantes junto con sulfato de glucosamina y sulfato de condroitina complementa la actividad regeneradora de éstos con sustancias antioxidantes que ayudan a acelerar el control de la inflamación y el dolor.

Podemos encontrar una gran cantidad de productos vegetales con características beneficiosas para las articulaciones, como el jengibre, el escaramujo, el MSM o la quercitina.

Jengibre
Los gingeroles del jengibre son potentes inhibidores de la formación de metabolitos proinflamatorios articulares. El jengibre también ha demostrado poseer una importante actividad analgésica. De hecho, en un estudio 1.000 mg de jengibre en polvo mostraron una eficacia en el alivio del dolor equivalente a la de 400 mg de ibuprofeno

Escaramujo
El escaramujo (fruto del rosal silvestre) es muy rico en vitamina C y otros antioxidantes con importantes efectos antiinflamatorios, cuyo consumo ha mostrado disminuir los niveles séricos de proteína C reactiva (un marcador de inflamación corporal) en pacientes con osteoartritis. En un estudio con pacientes con dolor crónico, el escaramujo aportó una importante mejoría, siendo los pacientes con mayor dolor e invalidez los que presentaron los cambios más positivos. Su efectividad suele apreciarse a las 3 semanas de tratamiento.

Metilsulfonilmetano (MSM)
Compuesto orgánico azufrado presente en algunas plantas, muy soluble en agua y que aporta un 34% de azufre elemental. El azufre es necesario para la formación del tejido conectivo y se ha observado que la concentración de azufre en cartílago artrítico es un tercio de la que se encuentra en cartílago normal. Los efectos del MSM se relacionan con un incremento de enzimas antioxidantes como N-acetilcisteína y glutationa, de gran importancia en casos de degeneración, dolor e inflamación articular.
Se trata de un potente analgésico (disminuye el dolor en hasta un 80% a las 6 semanas) y mejora la movilidad a partir de los 14 ó 15 días.

Quercitina
Flavonoide frecuente en muchos vegetales, que ha mostrado una clara actividad antiartrítica debido a que disminuye la producción de mediadores inflamatorios. Su actividad se debe a sus efectos antioxidantes e inhibitorios de las enzimas productoras de inflamación (ciclooxígenasa, lipooxigenasa) y la subsiguiente inhibición de los mediadores de inflamación, como leucotrienos y prostaglandinas.



La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.

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