La fruta del mangostán (o Garcinia mangostana, como se la conoce científicamente) es exótica, deliciosa y contiene xantonas y otros fitonutrientes. Se encuentra en el sudeste de Asia y en otras regiones tropicales. Tiene apenas el tamaño de una mandarina, entre cinco y ocho cm de diámetro. Su pulpa es blanca, con entre cuatro y ocho segmentos de sabor dulce y jugoso. Su cáscara gruesa, amarga y ligeramente púrpura, contiene una gran diversidad de xantonas y otros fitonutrientes. (Las xantonas son una familia de los más potentes fitonutrientes. Se ha probado en varios estudios científicos que promueven un funcionamiento saludable del cuerpo. El mangostán entero, cubierto de xantonas naturales, puede ayudar a mantener la salud del intestino, reforzar el sistema inmunológico, apoyar la función de las articulaciones y los cartílagos y promover un sistema respiratorio saludable). Con frecuencia se la llama Reina de las frutas (La reina Victoria le otorgaba la Orden de Caballería a cualquier persona que se la proporcionara). El Mangostán es una de las frutas exóticas más apreciadas por su exquisito sabor y consistencia. Aunque se ofrece por su espléndido sabor, también se ha recomendado el consumo de la fruta entera del mangostán para estimular la buena nutrición. Su riqueza en potasio hace a este alimento interesante para quienes toman diuréticos que eliminan potasio, para suplir las pérdidas y para las personas con bulimia y ciertas alteraciones digestivas. Además, unido a su bajo aporte de sodio, resulta adecuado para aquellas personas que sufren de hipertensión arterial o afecciones de vasos sanguíneos y corazón. De hecho, la fruta entera del mangostán — en especial la cáscara, que contiene xantonas — ha sido utilizada para tratar una gran variedad de enfermedades. Ya en el año 600 DC, los escribas del sudeste de Asia registraron el uso del mangostán para realizar preparaciones herbarias. La cáscara del mangostán se cortaba en rodajas y se secaba, luego se la molía hasta convertirla en polvo y se la suministraba como preparación herbaria para protegerse de las infecciones. Antiguos médicos brujos crearon un extracto de la fruta para bajar la fiebre. Se hacían cataplasmas para tratar infecciones parasitarias de la piel. Ha sido utilizada durante siglos para tratar la disentería, diarrea, infecciones del tracto urinario y eczemas. También se podía dejar la cáscara a remojo durante la noche, para tomarla a modo de infusión. Otro uso común era preparar un ungüento y aplicarlo como loción corporal. Mediante estos usos populares, los beneficios del mangostán se transmitieron a lo largo de la historia y muchos científicos y exploradores tomaron nota de ellos. Cuando los europeos exploraron el sudeste de Asia, esas tradiciones relacionadas con el mangostán se difundieron por primera vez en la cultura occidental. Un poco de información sobre el árbol El árbol del mangostán es "ultra-tropical" y no tolera temperaturas inferiores a los 4°C o superiores a los 38°C. Han fallado todos los intentos de cultivar árboles en ubicaciones al norte de los 20° de latitud. Sus pequeñas frutas de color púrpura oscuro crecen en abundancia, generando dos cosechas por año. Es un árbol de hoja perenne, con hojas cortas, gruesas y coriáceas, que crece entre los siete y los veintiocho metros de altura. Pertenece a las Gutíferas, familia de árboles tropicales de Asia y América, muchos de los cuales exudan gomas y resinas. También se lo denomina: mangostino, mangostín y mangosto. Su cultivo se concentra en países como Malasia, Tailandia, Camboya, Vietnam y Myanmar. La primera cosecha de frutas se realiza de diez a veinte años después de la siembra. El árbol maduro produce unas quinientas frutas al año durante su vida, llegando en algunos casos a brindar mangostanes maduros hasta los cien años. |
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lunes, 7 de noviembre de 2011
¿Qué es el mangostán?
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